LA PORNOGRAFÍA Y SU INCIDENCIA, A PARTIR DEL IMAGINARIO MASCULINO, EN LAS RELACIONES COITALES

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LA PORNOGRAFÍA Y SU INCIDENCIA, A PARTIR DEL IMAGINARIO MASCULINO, EN LAS RELACIONES COITALES

 

ALGUNAS PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN.

Por Héctor Frías Barrón

Por principio de cuentas debo aclarar que este no es, por lo menos no hasta ahora, un trabajo resultante de una investigación a fondo del tema que me ocupa. Ello, debido a factores tales como premura en el tiempo para la realización del mismo y cierta escasez de bibliografía seria que aborde el tema entre otros factores. En consecuencia, presentaré apenas un esbozo de lo que a mi juicio podrían ser algunas líneas de investigación sobre el particular.

Este conjunto de reflexiones parten de una inquietud personal por saber si de alguna manera la pornografía difundida básicamente a través de revistas (fotonovelas de desnudos), libros, películas y ahora hasta el Internet y dirigidas sobre todo a los hombres influye o no en el ámbito de las relaciones sexuales y, más aun en el intercambio de valores éticos, morales y culturales entre hombres y mujeres.

Así las cosas, una primera línea de investigación (a) estaría encaminada a determinar si la pornografía puede considerarse como una herramienta, no la única por su puesto, ni la mejor, mediante la cual algunos varones, sobre todo los adolescentes, creen adquirir conocimientos que les servirán para sus relaciones de alcoba.

En este sentido, se podría comenzar por hablar de los falsos estereotipos sociales y culturales que desde pequeños estigmatizan tanto a las niñas como a los niños y les asignan determinados papeles que habrán de cumplir una vez que sean mujeres u hombres respectivamente.

Algunos autores mencionan con cierta razón, que: "históricamente, la mujer ha jugado un papel específico en el cual sus roles se restringían únicamente al hogar, la reproducción y los hijos, mientras su sexualidad sólo estaba ligada a eso, a reproducirse y, en todo caso, a complacer al hombre sin que aparentemente ella obtuviera ningún placer en eso".

Por cuanto hace a los hombres, uno de los muchos papeles que erróneamente les ha sido impuesto y que tiene que ver íntimamente con el "deber ser" de su identidad masculina, es el de ser activo, tener iniciativa, ser fuerte y viril, sobre todo viril en cualquier momento y emocionalmente equilibrado y exitoso.

De aquí que de los hombres siempre se espera que sepan si bien no todo, si por lo menos bastantes cosas sobre sexo: deben saber acercarse a una mujer, seducirla, enseñarle cómo desempeñarse en una relación sexual y gozarla plenamente. Así, en su calidad de experto en sexo, el hombre es el único responsable de ocuparse simultáneamente de su propio placer, como también del placer de la compañera de alcoba. Es él quien debe enseñarle a ella cómo gozar y en qué momento hacerlo y, en caso de que ella no quedase extasiada de placer, la responsabilidad sería del hombre, por no haber sabido conducirla a tal punto.

Además de conocer todo del sexo, se espera de los hombres que se comporten como un eficiente cuerpo de bomberos y siempre estén listos para la acción, para apagar todos los fuegos que surjan a la redonda.

Desde la infancia, tanto madres como padres, toman estas afirmaciones como verdaderas y asumen que su hijo (varón) no tiene dudas al respecto, por lo que tampoco necesita explicaciones, y si hay algo que le haga falta saber lo aprenderá sobre la marcha o con amigos. De no ser así, el varón puede ser objeto de cuestionamientos relativos a su masculinidad.

Durante la adolescencia, precisamente, argumenta Vivianne Hiriart: "el grupo de amigos tiene un rol muy importante. A través de éste los jóvenes varones tienden a comparar su desarrollo físico y por ejemplo el tamaño del pene y los testículos se vuelven objeto de competencia y sinónimo de virilidad" . En esta etapa, es cuando algunos hombres comienzan a buscar la información que consideran útil para saber eso que se supone y se espera que ellos deben saber sobre el sexo. La pornografía entonces, es vista por muchos de estos hombres, como una vía para acceder a dicha información.

Habría que aclarar sin embargo, que aunque básicamente me estoy refiriendo a las imágenes de desnudos y escenas que presentan detalladamente una relación sexual entre dos o más participantes, la pornografía también puede verse reflejada de otras formas, incluso consideradas más sutiles como anuncios publicitarios donde se mandan mensajes pornográficos, es decir, mensajes producidos "por la imaginación masculina, desde la que se expresa la satisfacción alucinante, no real, de deseos, aspiraciones y exigencias, propias del sexo masculino" como la posesión de cuerpos femeninos esculturales.

Con este mismo tenor podemos mencionar publicaciones tales como el libro vaquero, el libro semanal y otras publicaciones dirigidas a un sector específico de la población. Aunque por otra parte, están también "las revistas masculinas de corte erótico intelectual tipo Playboy y otras revistas de espectáculos, con fotografías de las estrellas femeninas del cine y la televisión, impresas lujosamente en un bonito papel de calidad, con novedosos diseños y contenido variado que comprende tanto aspectos relacionados con el arte, la cultura, la política y el buen humor que atienden las necesidades de los estratos más sofisticados de la sociedad masculina".

Pero, de ser cierto que la pornografía es una fuente que provee información a los varones sobre sexo y que para muchos varones este tipo de revistas es visto como una especie de "folletín práctico de aprendizaje sexual y manual de comportamiento masculino", cabría plantearse en consecuencia líneas de investigación que respondieran a los siguientes cuestionamientos:

(b) ¿Cómo se establece una relación entre uno o más hombres y una o más mujeres a través de las imágenes pornográficas masculinas?

Nadie mejor que Alberoni para responder a esta pregunta cuando dice que "...la pornografía es una sucesión de actos sexuales, sin que haya una historia. Los protagonistas masculinos no deben hacer nada. Pasean por la calle y una mujer predispuesta los arrastra a la cama. En la oficina, una secretaria se desnuda y sin decir palabra comienza a hacerle una fellatio. Los héroes pornográficos están dispensados milagrosamente de tener que conquistar, de perderse en preludios amorosos: basta con una mirada y las mujeres se desnudan y están disponibles; no hay necesidad alguna de hacer presentaciones, de intercambiar saludos, ningún preámbulo. Las mujeres desean al hombre aun antes de que éste piense en tomar la iniciativa".

Es curioso observar que en la imaginación masculina presentada a través de las revistas, películas o imágenes pornográficas más comunes, por una parte, los hombres solo tienen que "estar ahí", justo en el momento y sitio indicados en el que las mujeres aparecen para que ellos mitiguen sus deseos sexuales. Por otra parte, en las frágiles historias pornográficas aunque si bien es cierto en algunas ocasiones tienden a desaparecer las diferencias sociales, toda vez el chofer puede tener una relación sexual con su patrona, o el mecánico con la dueña del coche que mandó a reparar, etc. así como junto con otros papeles que representan las mujeres y que van desde inocentes colegialas, meseras, escultoras, cantantes, y demás. También es cierto que a la hora de la verdad, es siempre el hombre (o los hombres) quienes dominan la escena erótica, quienes deciden que rumbo toma la relación y quienes, utilizando el pene como elemento de poder y dominio, harán de la mujer su esclava en el "amor".

(c) ¿Cuáles son los valores que se manejan para los hombres, cuáles para las mujeres; cómo se perciben los hombres y cómo perciben a las mujeres?

Aquí entraríamos en otro cuestionamiento que se puede hacer a partir de cómo se manejan los valores en la pornografía (masculina) en donde se imagina a las mujeres como seres poseídos por el sexo, empujadas por un impulso irresistible a arrojarse sobre el pene masculino, es decir, tal como los hombres, en su fantasía, se comportan frente a ellas. La pornografía imagina a las mujeres dotadas de los mismos impulsos que los hombres, éstos les atribuyen a las mujeres sus mismos deseos y las misma fantasías.

Desde el punto de vista masculino, las mujeres son depravadas, perversas, putas, insaciables, siempre dispuestas, vulnerables en tanto objeto disponible para cualquier hombre, presas fáciles, cachondas, ninfómanas, ardientes (aunque su ardor se sacie solo y simultáneamente con la eyaculación masculina), reducidas a partes sexuales hechas para el uso de los hombres.

Los hombres por su parte, son vistos como héroes, como seres eróticos listos en todo momento para enfrentar lo que venga, personas cuya sexualidad es instintiva, incontrolable y agresiva, dominante (obviamente con relación a la mujer), su deseo sexual se encuentra perfectamente separado del afecto y de las emociones. Ello, posiblemente tiene que ver con el hecho de que en nuestra sociedad patriarcal "se invierte una extraordinaria cantidad de energía psicológica y cultural en el pedacito de carne sensible que cuelga entre las piernas de los hombres..." mientras pocas veces se piensa que otras partes de el cuerpo, mucho menos el corazón, también intervienen en el acto sexual.

Huelga decir en consecuencia, que el ámbito de las emociones y los sentimientos no tienen cabida en la pornografía.

Un elemento que permea la imágenes pornográficas es el de la dominación y aparente supremacía masculina sobre el sexo femenino. Los hombres son los maestros, los amos, los señores del sexo, mientras que las mujeres son las esclavas que sólo merecen ser castigadas, dominadas, humilladas verbal y físicamente. Incluso, las propias actitudes que representan las mujeres que aparecen en las historias pornográficas es la de "hagan de mi cuerpo lo que quieran".

(ch) ¿Qué sentimientos se manejan tanto por parte de los hombres como de las mujeres; cuál es el lenguaje "establecido para unos y otras?

No obstante que a simple vista la pornografía no se ocupa en tratar "a flor de piel" de los sentimientos y las emociones, existen autores que sostienen que "uno de los aspectos de la cosificación masculina de la mujer es la fascinación por lo que se ha perdido en el propio proceso de desarrollo masculino; es decir, la pasividad y la receptividad y todas las características asociadas a ellas como la ternura, la sensación de ser amado, adorado y así sucesivamente. La pornografía representa el anhelo de y la fascinación por estas cualidades perdidas. Esto se aplica tanto a las imágenes pornográficas representadas como a la observación de las mismas.

El placer sexual de mirar es una de las actividades sexuales pasivo-receptivas más elementales. Ello se debe a que en las sociedades como la nuestra, de dominación masculina, es precisamente el hombre quien sufre la represión excedente de los deseos pasivos. Esta represión no elimina los deseos pasivos sino que los obliga a manifestarse de manera encubierta, distorsionada y derivativa.

(d) ¿Qué se intercambia, existe o no la negociación en la relación coital que se presenta en una porno-historia?

En términos generales puede decirse que no necesariamente existe una negociación en torno a la relación sexual que se presenta en una revista, película o cualquier otra imagen pornográfica. Los hombres de éstas imágenes no tienen que esforzarse para convencer, para seducir, para proponer... Las mujeres, según se les presenta, se encuentran ante todo, deseosas de liberarse de toda la represión sexual con la que fueron educadas y por lo tanto, están dispuestas a acceder a todos los deseos de sus verdugos. No existe la posibilidad de que la mujer diga no en ningún momento. No importa si se encuentra sosteniendo una relación sexual con uno, dos o más hombres. Tampoco se rehusa a ser penetrada por ninguna vía, ni a ser penetrada simultáneamente por dos hombres.

Obviamente las caricias previas al acto sexual no son un elemento que parezca tener importancia, sobre todo, si éstas no se circunscriben a los genitales y los senos femeninos. No se intercambian palabras que expresen sentimientos de ternura, amor o cariño. Para las mujeres, quedan las obscenidades, los insultos, las humillaciones.

(e) ¿Podría o no incitarse a la comisión de actos tales como violaciones masivas por el tipo de mensajes que en la pornografía se manejan?

Autores como J. Stoltenberg sostienen que precisamente el movimiento feminista en contra de la pornografía ha manejado como uno de sus argumentos de peso, que la pornografía fomenta la violencia contra las mujeres.

Ciertamente, por todo lo que se ha venido diciendo hasta este momento, las imágenes pornográficas representan serías afrentas a la dignidad de la mujer. En no pocas ocasiones, las mujeres que aparecen en estas escenas son "obligadas" -aunque se trate luego de justificar que en el fondo lo desean- a tener una relación sexual con uno o varios hombres a la vez.

Por otra parte podríamos referir aquí el caso de la llamada pornografía infantil, cuyas investigaciones más significativas comenzaron a mediados de los años 80 y que a la fecha es uno de los problemas de mayor relevancia en el mundo. Informes realizados a fines de 1987, determinaron que Europa es una de las fuentes principales de películas y revistas con fotografías pornográficas. Según la Interpol, Alemania se encuentra a la cabeza de los países productores de estos materiales, seguido de Holanda e Inglaterra y Estados Unidos.

En este sentido hay que aclarar que la violencia no sólo debe entenderse como un acto de agresión física, sino también debe ser considerado como violento el hecho de atentar contra la integridad moral y mental de las personas. En el caso de la pornografía masculina para adultos y la pornografía infantil, se atenta contra la dignidad sobre todo de las mujeres y los niños.

De cualquier manera, considero que toda vez que la pornografía, en cualquiera de sus acepciones, tiende a distorsionar la identidad de las personas porque otorga a las mujeres y niños (as) características eróticas al servicio de los hombres; porque no se les concede ni a menores de edad ni a las mujeres la posibilidad de decir "no"; porque fomentan en el imaginario masculino la idea de que lo único importante es el deseo masculino. Por otro lado, como a la larga la pornografía lo único que hace es prolongar la insatisfacción del deseo sexual de los hombres, llevándolos a acumular su represión para luego dejarla salir contra mujeres y niños.

(f) ¿Qué pasa o dónde quedan la prevención por ejemplo de los embarazos, el contagio de enfermedades de transmisión sexual, qué sucede con el uso del condón?

Tal vez uno de los temas menos estudiado en torno a la pornografía es el del tipo de mensajes que en ella se manejan y su relación con aspectos tales como la salud tanto reproductiva como la salud sexual.

Todas las imágenes pornográficas parecen hablar de una "disociación entre sexo (placer) y reproducción" . Ello se desprende de las nulas referencias que se hacen en este tipo de materiales, al uso de contraceptivos y demás productos como espermaticidas, condones, etc. Lo cual, seguramente, se deba por una parte, a que no es este el objetivo fundamental de la pornografía, y por otra parte a la visión masculina/machista de no sentirse responsable por las consecuencias reproductivas de una relación sexual. De aquí se podría desprender también la idea de que las mujeres -y quien sabe si ellas tampoco- son las que se deben preocupar de ese asunto.

Siguiendo este orden de ideas, y considerando que como se ha dicho desde el inicio de este trabajo, la pornografía podría ser considerada como una de las herramientas que muchos varones utilizan para hacerse de conocimientos sobre sexo y, sobre todo los jóvenes, resulta preocupante que tampoco se traten temas del ámbito de la salud sexual como puede se la existencia de algunas enfermedades de transmisión sexual tales como el VIH/SIDA entre otras.

Generalmente las escenas "eróticas" que se muestran a través de la pornografía involucran a dos, tres, y hasta cuatro hombres, penetrando sin ninguna protección como el condón, a una sola mujer. Asimismo, se intercambian fluidos corporales femeninos y masculinos ya sea por vía oral, anal o genital.

(g) ¿Por qué existe cada vez más pornografía?

En una sociedad capitalista, una sociedad de producción y adquisición de bienes, los objetos de deseo se convierten en productos. Dondequiera que pueda, el capitalismo produce objetos para consumo sexual que le reditúan anualmente, por ejemplo en Estados Unidos, 10 mil millones de dólares y cosifica los sujetos de la sexualidad a fin de vender otros productos. Puede decirse entonces que la pornografía es una mercancía y como tal, muestra elementos salientes de mistificación y dominación. La pornografía es una forma de representación sexual que, por su naturaleza misma y como resultado de la fijación y el fetichismo que la rodean, representa formas distorsionadas y mistificadas de los objetos que describe. Pero también relata con exactitud la dominación real que ejercen los hombres sobre las mujeres.

Aunado a lo anterior, la actual proliferación de la pornografía obedece a diversos factores económicos y sociales. Los deseos que se expresan al mirar pornografía son insaciables, no sólo porque el deseo sexual en sí es insaciable sino porque la pornografía en sí no permite una expresión integrada de deseos sexuales pasivos y activos. La pornografía se consume más porque cuenta con un mercado insaciable. Mientras más pornografía se consume más se estimulan los impulsos pasivos y receptivos, más se intensifica el consumo y más insaciables se vuelven los deseos. Mirar pornografía es una actividad que a la larga resulta insatisfactoria; que lleva a una mayor frustración y a una mayor tensión entre actividad y pasividad. Todo esto aumenta la tendencia de la pornografía a representar sadismo.

 

CONCLUSIONES

  • La pornografía, entendida como la difusión de mensajes producidos por la imaginación masculina, expresa la satisfacción alucinante, no real, de deseos, aspiraciones y exigencias, propias del sexo masculino, que no necesariamente coinciden con lo que muchas mujeres y también algunos hombres esperan de sus relaciones coitales.

  • Para muchos hombres, particularmente para muchos jóvenes, la pornografía es una de las herramientas mediante las cuales se puede adquirir conocimientos en torno al sexo. Tema del que social y erróneamente se espera que ellos sean expertos.

  • La existencia de falsos estereotipos lleva a que tanto las mujeres como los hombres seamos socializados de maneras distintas, provocando que en asuntos tales como el sexo, se asignen distintos papeles para hombres y mujeres; esto es, la actividad, la toma de iniciativa y la sexualidad incontenible para los primeros; y la pasividad, la receptividad y la buena disposición para las segundas.

  • Si bien es cierto que el consumo de pornografía no origina el problema de la degradación de la mujer ni de la represión excedente de una amplia gama de deseos, actividades y anhelos sexuales; también es cierto que lo representa constantemente y, en cierto sentido, contribuye a perpetuarlo. Asimismo, aunque no sea un factor determinante, se puede considerar que el consumo de pornografía incitará a algunos varones insatisfechos sexualmente por las fantasías eróticas que recibe, a la comisión de actos de agresión (violaciones) en contra no sólo de las mujeres, sino también de menores de edad.

  • Dado que aquellos varones que adquirieron sus primeras "nociones" en torno al sexo a través de la pornografía, cuentan con un "imaginario masculino" basado en experiencias eróticas distintas a la realidad, en el momento de la convivencia con una pareja, estos hombres tenderán a reproducir los mensajes recibidos y enfrentarán algunas dificultades en sus relaciones de pareja. Así las cosas, estos varones observan que las mujeres pueden rehusarse a sostener una relación sexual con todo derecho si no es su deseo; que la relación sexual no sólo se reduce al contacto genital; que es importante que en una relación sexual exista un intercambio de caricias y otras muestras de afecto, ternura y amor; que el lenguaje "erótico" no necesariamente consiste en repetir las palabras que presentan las viñetas de las historias pornográficas y que lo erótico también es lo dulce, lo cariñoso y lo amoroso.

  • Se puede decir que la pornografía, aun aceptándola como herramienta de instrucción sexual para muchos hombres, deja mucho que desear por cuanto hace a temas tales como la salud reproductiva y sexual, toda vez que no se tocan en ella ni la utilización de métodos contraceptivos, ni el uso del condón, ni de prevención de enfermedades de transmisión sexual como el SIDA.

 

PROPUESTAS

  • Luchar contra la representación y el espectáculo sexista, los cuales codifican, simbolizan, hacen tangibles y contribuyen a propagar el problema de la supuesta supremacía masculina.

  • Fomentar una educación sexual antisexista y a favor del sexo sano, seguro y humanizado, es decir donde intervengan tanto el placer como las emociones como los sentimientos de los participantes.

  • Oposición activa a la pornografía no significa pugnar porque esta desaparezca, quizá habrá que reconocer que la pornografía existe como una válvula de escape a la represión sexual de nuestra sociedad, pero lo que hay que impulsar es que el tipo de mensajes que se difunden a través de la pornografía cambien y sean menos distorsionantes de la realidad.
    Por ejemplo, que se deje claro que hay un acuerdo, incluso un intercambio de tipo económico para que se establezca una relación sexual; que los participantes de las imágenes pornográficas utilicen condón, espermaticidas y otras medidas contraceptivas y de prevención de enfermedades de transmisión sexual como el VIH, vaginitis (originada por penetración anal y después vaginal o viceversa).

 

Referencias biblio-hemerográficas

Hiriart, Vivianne.

"Las exigencias sexuales de la masculinidad".
Crónica, Diario, México, 200597, P. 4B.

"Los hombres deberían saber todo sobre sexo. ¿Será?" Crónica,
Diario, México, 220597, P. 4B.

Stoltenberg, John.

Refusing to be a man. Essays on sex and justice
Meridian Books. New York, 1990.

Salas, Consolación.

"Las Revistas Masculinas Mexicanas: Notas al seminario de estudios de la masculinidad".
México.

Jiménez Guzmán, Lucero y Tena Guerrero Olivia.

Notas sobre negociación coital. Documento presentado en la mesa de trabajo sobre ética y derechos en el ámbito de la sexualidad, la reproducción y la negociación de la crianza.
El Colegio de México, 10 y 11 de junio de 1997.

Kimmel, S. Michael.

Men confront pornography. Meridian Books.
New York, 1991.

Alberoni, Francesco.

El erotismo. Ed. GEDISA. Barcelona. 1993.

Horowitz, Gad y M. Kaufman.

"Sexualidad Masculina: Hacia una teoría de liberación".


Héctor Frías es Maestro en Relaciones Internacionales y actualmente labora en la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados de México.
E-mail: prd1@(AT)nfo.cddhcu.gob.mx

Artículo difundido con autorización del autor.

 


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