DEBUTANTE HETEROSEXUAL

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DEBUTANTE HETEROSEXUAL

Por Nick Sellars

Traducido por Laura E. Asturias

"Debutar" es un término alguna vez reservado a las muchachas que entraban en sociedad y se convertían en mujeres adultas. Hoy en día se utiliza para describir la revelación pública de ser homosexual o lesbiana, o sea, salir del armario. Nick Sellars ha vuelto a salir del armario -- esta vez con traje y corbata.

Las luces de las cámaras lastimaron mis ojos. "Debería cobrar 20 dólares por cada foto", me dije a mí mismo en ese breve momento cuando sentí que era el centro del universo. Mi pareja para la velada me alentó. Posé entre turistas que se habían reunido en esa única noche en que Sydney es un magneto de atención para el mundo. Caminé entre personas que decían haber venido "sólo para ver cuál es el relajo" pero que claramente vibraban de interés y emoción. Habían venido a ver el mayor acontecimiento gay en el mundo y nosotros (desde nuestra perspectiva) éramos el centro del espectáculo. Habíamos planificado durante meses nuestra expedición al Festival Gay y Lésbico de Sydney. Juntos habíamos conspirado en cuanto a cómo llegaríamos, lo que veríamos y, especialmente, lo que usaríamos para la ocasión. John, uno de mis mejores amigos homosexuales, se pondría el vestido azul, con mangas de tafetán largas para cubrir sus hombros velludos y flacos. Yo usaría mi vestido verde oscuro de lentejuelas que, sin mangas ni forma, contrastaba incómodamente con mi barba abundante y pelirroja. 

Me veía despampanante y sentía que pertenecía a ese lugar. Menor resistencia Quiero contarles algo muy personal e importante para mí, que me ha tomado años comprender. Ahora creo que ésta es un área clave en que los hombres adultos jóvenes deben pensar. Los años de adolescencia y el principio de nuestra vida adulta son tiempos en que se nos exige que "escojamos" una identidad sexual particular. Para los lectores mayores, talvez ahora sea un buen momento para recordar cómo fue para ustedes el haber crecido como hombres adolescentes y pensar en los momentos y acontecimientos que forzaron su identidad sexual, en lugar de permitirles libertad de elección. No es particularmente importante si su elección sexual hubiera sido diferente; lo que debe ser revelado es la rigidez que nos queda al no permitírsenos escoger. Durante mucho tiempo he estado un tanto confundido acerca de mi identidad sexual -- una confusión que, al parecer, debemos sentir en estos tiempos. Pensaba que "heterosexual" siempre significaba "exclusivamente heterosexual", y que el amor implicaba sexo. En ocasiones, mis pensamientos sobre algunos hombres habían sido amorosos, de modo que pensé que esto automáticamente me sacaba del ámbito heterosexual -- no me quedaban muchas identidades sexuales entre las cuales pudiera escoger. De cualquier manera, nunca me había sentido cómodo en el clásico papel heterosexual machista. Hablaba públicamente contra el sexismo y fui etiquetado como "gay" por ello. Así las cosas, si no era heterosexual entonces tenía que ser homosexual. Como suele ocurrir, no había nadie a quien pudiera pedir buena información; mis amigos heterosexuales estaban tan confundidos como yo, mientras que a mis amigos homosexuales les habría encantado verme "fuera del armario y orgulloso". Cuando tenía 25 años, todo el mundo esperaba que ya me hubiera definido. Excelente. Cinco mil millones de personas en el planeta y a mí se me daban sólo tres opciones sobre el tipo de relación que podía tener -- homosexual, heterosexual o bisexual. Fue así como adopté la estrategia de dejar que las personas se preguntaran si era homosexual o no. Esto las confundía. La gente simplemente decidía que yo era o no era homosexual y me dejaba en paz. Creí haber encontrado lo mejor de ambos mundos. No sentía esa corriente de temor que está presente en muchos homosexuales, quizás porque no había decidido plenamente asumir una identidad homosexual (eso me atemorizaba). Así me resultó más fácil hablarles a los hombres homosexuales y heterosexuales en contra de todas las formas de opresión. Al mismo tiempo, podía tener cierto grado de intimidad con mis amigos homosexuales y admirarlos. En retrospectiva, hubo lugares en los que fui muy maltratado. En el festival éramos vistos como anormales. Y estoy seguro de haber perdido al menos una entrevista de trabajo porque alguien pensó que yo no era "suficientemente hombre". 

Mi madre me dijo que me desheredaría si yo era homosexual. (Está bien, mamá. Sé que no quieres que nadie me lastime.) De hecho, no creo que la gente me escuchara en absoluto. Como activista era menos que convincente. Pienso que eso se debe, en parte, a la opresión que todos los homosexuales sufren, y también a mi ambigüedad y falta de autenticidad. Creo que este dilema de identidad sexual es común para muchos al final de la adolescencia y el principio de la vida adulta. Es aún más agudo para los que estamos involucrados en la política de hombres y que abogamos por los derechos de las mujeres. Por un lado amamos y admiramos el gozo y la apertura de los homosexuales, su coraje y su convicción para acabar con su opresión. Los homosexuales a menudo son el símbolo de hombres que han encontrado un lugar cómodo dentro de su masculinidad -- algo que todos los hombres ansiamos profundamente desde nuestras posiciones de aislamiento: ser capaces de amar y respetar a otros hombres. Las mujeres, desde lo interno de su acondicionamiento, también se sienten atraídas a una sexualidad ambigua en los hombres. 

Podemos ser seguros confidentes para ellas. Es la única grieta en el muro que es la opresión de género; es en esa grieta donde podemos escucharnos mutuamente sin que el sexo interfiera. Pero no es así como ocurre en muchos casos. De hecho, es realmente dañino para todas las personas involucradas. Dañino para los hombres homosexuales pues el motivo para acercarse a una persona debería ser una genuina atracción humana por ella. Dañino para las mujeres pues ellas tratan de encontrar lugares que sean un refugio del sexismo, satisfaciendo a la vez la muy razonable necesidad humana de tener un contacto bueno y respetuoso con los hombres. Dañino (a la larga) para mí pues yo les gustaba a ellas por ser "seguro" y me tocó escuchar que los hombres son unos bastardos (como si yo no fuera, después de todo, un hombre). Aquí nadie tenía la culpa; cada participante --y me incluyo-- estaba tratando de escapar al sufrimiento, buscando a la vez un contacto humano incondicionalmente seguro. Así puede parecer que la adopción inconsciente de la ambigüedad es el camino de menor resistencia, una salida fácil a este dilema. "Adopción inconsciente" es otra forma de decir que yo no podía tomar una decisión clara y bien informada, preferiblemente con alguna ayuda para pensar bien en todos estos asuntos. Lamentablemente para los hombres también significa alejarnos de un compromiso humano más profundo. ¿Sexualmente flexible? Mientras todo esto estaba ocurriendo, yo no tenía inclinaciones sexuales hacia ninguna persona en particular. Mi vida estaba llena de amistades, política y reflexión profunda. La opción más fácil fue identificarme como bisexual. En realidad no había pensado mucho en la posibilidad de ser sexualmente flexible: capaz de amar a cualquier persona, sin que la motivación estuviera conectada con la sexualidad biológica o política. Mis amigos homosexuales se sentían bien de que yo tuviera al menos alguna identificación personal con su opresión. Entre mis amigos no homosexuales yo era un buen defensor de la perspectiva política homosexual -- nunca sentí, como sí lo sienten muchos homosexuales, que mi vida estuviera en peligro por alzar mi voz en su defensa. Todo cambió cuando conocí y me enamoré profundamente de una mujer y eventualmente me casé con ella (esa es la versión corta). 

El amigo que me acompañó al festival usó una colorida camisa para la boda (me preocupaba que decidiera ponerse un vestido). Desde su perspectiva, yo he sido un fantástico amigo y aliado. Hemos hablado, escuchado y discutido sobre muchas diferencias políticas difíciles. Nos queremos mutuamente y he llegado a pensar que yo lucharía por su vida. Él apoya mi matrimonio y mis elecciones. Ahora ya no me pienso como bisexual. Sin embargo, puedo comprender que los activistas homosexuales se enojen con los hombres que se identifican como heterosexuales pero que han tenido relaciones sexuales con hombres y luego abogan por leyes homofóbicas o incitan actitudes anti-homosexuales. Pero no creo que beneficie en absoluto a los homosexuales el que uno finja ser homosexual, los glorifique o imite, o mantenga los límites suficientemente ambiguos como para crear confusión. En algún momento se debe hacer una elección consciente respecto a lo que uno es y a las cosas en las que cree, y decidir si está dispuesto a luchar por esas convicciones. Esa elección se trata, en parte, de las personas a quienes se ama y con quienes se tiene relaciones sexuales, pero también se trata de sentir orgullo respecto a esa decisión. Veo homosexuales y lesbianas que están tratando de construir comunidades que sean seguras. Para tener éxito, necesitan que las personas en sus filas sean honestas. Les escucho decir que requieren de hombres heterosexuales que estén orgullosos de serlo y que digan que apoyan completamente la liberación de las personas homosexuales y no se sientan menos hombres por ello. No necesitan gente que use el uniforme homosexual para ser su aliada. No necesitan que les digan lo que es "bueno" o "malo" para ellos y ellas o lo que más necesitan. Son seres humanos. Necesitan el espacio para decidir por sí mismos/as qué acontecimientos son solamente para homosexuales y lesbianas, y cuáles son también para personas aliadas de su liberación. Necesitan retomar el poder. Necesitan que les escuchemos por un momento. Y nosotros necesitamos escuchar. Para mí, siempre vale la pena escuchar. ¿Estarás ahí? Si te perfilas como un hombre no homosexual, te echarán muchas cosas encima. La comunidad homosexual y lésbica no es una entidad homogénea que tenga un punto de vista político consistente. Pero las personas que la integran han sufrido, en general, una común relegación de su lugar como mujeres y hombres completos/as e incluidos/as plenamente en la sociedad en todos los aspectos. Tienen razón de sentir cólera. El que te sientas orgulloso de ellos/as es como una invitación abierta a la confusión. Más allá de la confusión está la liberación. A un nivel profundamente humano, todos necesitamos gente que nos ame como personas, no por nuestra política, por nuestras "gloriosas" luchas o por la intimidad entre hombres por la que los homosexuales han luchado y muerto. Todos merecemos ese amor incondicional. 

Los homosexuales y las lesbianas necesitan personas que les apoyen en la lucha por sus vidas. La pandemia del SIDA, el derecho a ser madres y padres, la erradicación de las golpizas callejeras y la homofobia y la eliminación del sexismo son asuntos que pueden ser pensados y trabajados conjuntamente y con igual esfuerzo -- aunque con diferentes énfasis -- por personas homosexuales y no homosexuales. A veces parece más popular ser homosexual. Parece "chic" el que algunos heterosexuales marchen en el Festival Gay y Lésbico, se vistan como homosexuales, usen listones rojos y se hagan pasar por homosexuales en los bares gay. Pero la mayoría de nosotros puede ir a su casa por la noche y disfrutar de una segura heterosexualidad en pareja. Al final de la noche no nos identificamos como homosexuales. No somos nosotros quienes perdemos nuestros empleos a causa de la discriminación, ni a quienes se nos prohibe casarnos, adoptar niños y considerarnos como familias. No vivimos con los recuerdos de los que perecieron junto a los judíos en los campos alemanes. Entonces, ¿lo estás haciendo para ser popular, o es que realmente te importa? ¿Estarás ahí para ellos y ellas cuando se te necesite como heterosexual orgulloso y plenamente hombre? No cuadrados Es bueno que los hombres heterosexuales adoptemos el lema de "cuadrados pero no cerrados". Prueba los límites de tu comodidad -- no puedes ocultarte detrás de un lema. Ese lema significa que podemos sentirnos orgullosos de ser hombres heterosexuales y ser los mejores y más activos aliados de la liberación de las mujeres y las personas homosexuales. También significa que, como heterosexuales, podemos vivir nuestras vidas exactamente como las queremos vivir. No necesitamos fingir acerca de quiénes somos o temer a lo que la gente piense. Podemos tenerlo todo y desear lo mismo para otras personas. Podemos aun tener la sexualidad que queramos. Creo que esta es la clase de alianza que las mujeres, los homosexuales y las lesbianas esperan de nosotros. Pienso que es fundamentalmente bueno ser heterosexual -- lo cual no excluye la posibilidad de poder tener relaciones sexuales con un hombre. Así que esto será lo que diré de ahora en adelante: Me siento orgulloso de ser heterosexual y nadie puede poner límites a la forma en que me visto, a quién veo o a lo que pienso. Esto es mucho más honesto para mí, aunque sé que por ello recibiré mucha mierda de todos lados. Tendré que decirle a toda esa gente homofóbica, "Soy un heterosexual que defiende a la comunidad homosexual, y eso no me convierte en homosexual. 

Y ¿qué les hace a ustedes pensar que la palabra `gay' es peyorativa?" Seré un modelo de conducta para mostrarles a los homosexuales que los heterosexuales sí podemos comprender su opresión y que nos uniremos a la lucha para erradicarla. Para mí, esos días en que me ponía el vestido de lentejuelas verdes en el festival fueron una gran oportunidad para definir mis cosas. Pensé que era la única forma en que yo podía aprender sobre las personas a quienes tanto quería. En realidad, fue una forma torpe de aprender sobre mí mismo. Mis amigos estuvieron a mi lado todo el tiempo, aun cuando no estaban de acuerdo o se sentían confundidos. Ahora sé que sólo se necesita ser persistente y auténticamente humano para conocer y amar a los hombres homosexuales. El vestido está en mi armario, esperando por el taller del festival anual de hombres, en el que les pido a los participantes que se lo pongan para que también ellos puedan, con una amorosa orientación, comprender la opresión de los homosexuales y cómo los hombres heterosexuales podemos ser los mejores amigos de su liberación. Entonces, si tus amigos piensan que eres homosexual porque tomas decisiones firmes sobre tu estilo de vida y abogas por las mujeres, los homosexuales y las lesbianas, tienes que corregir su etiqueta.

 "Soy un orgulloso aliado de los homosexuales, las lesbianas y todas las mujeres. Ellas y ellos me han enseñado mucho acerca de mí mismo y puedo aprender todas esas lecciones siendo heterosexual. Y tú ¿cuándo lo harás?"

 

Reimpreso con autorización de la revista XY: men, sex, politics. PO Box 26, Ainslie ACT, 2602, AUSTRALIA. Título original: Coming out het. Copyright 1995. http://coombs.anu.edu.au/~gorkin/XY/xy.htm. Traducción: Laura E. Asturias (Guatemala)

 


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