Género y sector informal

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Género y sector informal/ WCL CMT WVA

Prólogo

En los últimos años son manifiestas las evoluciones de la problemática laboral. Trátese de deslocalizaciones o del crecimiento del sector denominado "informal", estas evoluciones plantean nuevos retos a las organizaciones sindicales. Si estas organizaciones no son lo suficientemente alertas, la internacionalización amenaza con instigar a los trabajadores de unos países contra los de otros, lo que de ninguna manera sirve a sus intereses. El crecimiento del sector informal complica la acción de los sindicatos poco acostumbrados a terrenos tan movedizos. Sin hablar aún de la desconfianza hacia todo lo que parezca institución, sindicatos incluidos, resultado no sólo de una cultura más individualista, sino también de limitaciones concretas que pesan sobre los trabajadores a veces obligados a elegir entre su empleo y su compromiso sindical.

La realidad social cambia y da lugar a reflexiones más detalladas sobre ella. Donde antes sólo se veían "trabajadores", actualmente se vislumbran mujeres y hombres enfrentados a problemas parcialmente similares, parcialmente diferentes. Esto es el caso sobre todo en el sector informal, en donde gran parte de la mano de obra son mujeres. Las organizaciones de trabajadores tendrán que adaptarse a esta realidad. Tendrán que tener en cuenta no sólo las características de este tipo de actividades, sino también las condiciones específicas vividas por las mujeres del sector.

No hay razón para pensar que las mujeres estén menos dedicadas al compromiso y a la solidaridad. Ni mucho menos. Lo que cuenta es crear las condiciones que les permitan dedicarse, corrigiendo lo que se llama en las páginas siguientes "actos de discriminación por omisión". Y esta exigencia también vale para los sindicatos. Si bien es verdad que en su vida laboral, las mujeres hacen frente a dificultades específicas tales como la doble jornada y las obligaciones vinculadas a la reproducción (guarderías, etc.), tampoco son ausentes los obstáculos en su vida de militante (oposición de los maridos a la participación en reuniones, posición dominante de los hombres en las estructuras,...).

Las organizaciones afiliadas a la Confederación Mundial del Trabajo, más que otras organizaciones están, implantadas en el sector informal. Les concierne pues directamente el contenido de este folleto, que, más de ser un documento de mujeres para mujeres, debería interesar a todos los responsables sindicales, tanto del norte como del sur.

Willy Thys,
Secretario General de la Confederación Mundial del Trabajo

Índice

1 ¿Por qué Género y sector informal? 9

2 Definición del sector informal (SI) 15

a. Enfoque centrado en la lógica de producción del SI 15

b. Enfoque centrado en su carácter no legal del trabajo 18

c. Enfoque centrado en la evolución reciente de la organización

del trabajo 18

 

3 Características 19

a. Características generales 19

b. Tipos de actividades del SI 20

c. Aspectos positivos y negativos 21

 

4 Relaciones entre el sector informal y el sector formal 25

a. Relaciones de complementariedad 25

b. Relaciones de integración 26

 

5 Globalización y organizaciones sindicales:

"informalización" del trabajo 27

a. Nuevas formas de organización del trabajo:

del fordismo a la deslocalización 27

b. Trabajo a dos velocidades:

trabajo precario y trabajo primario 29

 

6 Sector informal y organización sindical 31

a. Relaciones de Género, sector informal y lucha sindical 31

b. Algunas estrategias posibles 34

 

La CMT y el sector informal 38

 

Notas 40

Conclusiones 43

Bibliografia 45

Mensaje

La potenciación de las mujeres reviste varias formas. Y son varios los recursos y mecanismos necesarios para integrar este concepto en distintos niveles. Uno de los mecanismos importantes consiste en hacer un llamamiento urgente a la acción en el marco de las cuestiones que afectan a las trabajadoras en los sectores de la economía informal y de las zonas francas de exportación, así como también a las trabajadoras migrantes.

Dejadas en suspenso durante cierto tiempo, todavía no han sido tomadas en consideración ni examinadas. Por razones básicas, sólo son objeto de debates y discusiones a nivel bipartito, tripartito y multisectorial. El proceso de discusiones tiene graves efectos en ellas, como seres humanos y trabajadoras.

¿Pero hasta qué punto han las mujeres de la CMT prestado atención a estos distintos sectores femeninos?

Este folleto así como dos otros, Zonas Francas de Exportación y Las Trabajadoras Migrantes, hacen hincapié en nuestro papel de mujeres sindicalistas que se preocupan por las trabajadoras marginadas. Una documentación sobre su estatuto y sus condiciones permite sensibilizar a los lectores sobre el tema. No obstante, esta iniciativa no debe quedarse solamente en papel mojado. Debería seguir reconociendo y cubriendo las necesidades básicas de estos sectores en pro del trabajo y de la vida.

 

Así es como esperamos que estas acciones positivas y la movilización a favor de acciones concretas sean emprendidas conjuntamente dentro y entre la CMT, sus órganos regionales y organizaciones nacionales.

Necie M. Lucero
Secretaria Confederal
Responsable de asuntos de
Género, igualdad y migración

 

Introducción

Durante las últimas décadas, hemos encarado profundos trastornos en la economía mundial en la cual ha aumentado en gran medida la participación de las mujeres en el mercado laboral, tanto formal como informal. Obviamente, esta tendencia trae consigo una "corriente innovadora para el funcionamiento del mercado laboral, para las aspiraciones y esperanzas de los trabajadores y modifica la propia base de las relaciones sociales en las que, hasta ahora, se han estructurado la vida profesional y la sociedad en su conjunto."1 Paralelamente, asistimos a un deterioro cada vez más pronunciado de la calidad de vida y del empleo femenino así como a una agravación de las desigualdades entre hombres y mujeres. De hecho, cabe observar que si bien las mujeres son más numerosas en el mercado laboral, también son las primeras en sufrir los efectos negativos de la mundialización y globalización de la economía (afectadas en mayor medida por el desempleo, las mujeres ejercen los empleos menos cualificados; a trabajo igual, su salario es inferior al de los hombres y, de todas maneras, sus salarios son más bajos porque ocupan puestos menos cualificados).

Los déficits crónicos de las balanzas comerciales y de pagos provocados, principalmente, por la caída de los precios de las materias primas y de los productos agrícolas en los mercados internacionales acarrean una crisis económica sin precedente en los países en desarrollo en general.

Los programas de ajuste estructural y la introducción de nuevas tecnologías reducen el empleo en el sector organizado y contribuyen al aumento acelerado de la pobreza. Esta situación impele a la población a emprender actividades alternativas generadoras de ingresos a fin que le permita sobrevivir. Al no ser organizado legalmente, este sector informal sirve de amortiguador contra la crisis económica y ha llegado a ser un tipo de amparo de los "excluidos".

Este desarrollo creciente de las actividades en la economía informal es una de las formas que caracteriza la economía mundializada y globalizada, con sus numerosas consecuencias sobre las condiciones de vida y laborales de los hombres y de las mujeres.

Ahora bien, un análisis detallado del sector informal y una identificación de los actores demuestran que las mujeres desempeñan un papel central en la dinámica de estas actividades. De hecho, son muchas las mujeres que desempeñan actividades generadoras de ingresos que incrementan los ingresos familiares o que, en muchos casos, son la única fuente de ingresos de las familias. A pesar de que llevan a cabo todas las tareas de reproducción de la familia y que participan en todos los trabajos de producción no remunerados, el papel económico de las mujeres queda marginado e incluso ignorado por las estadísticas.

Según la Oficina Internacional del Trabajo2, en África del Oeste por ejemplo, más de las dos terceras partes de las mujeres en las zonas urbanas participan en este sector, ya que estas actividades son a menudo la única alternativa que permite a las mujeres cobrar un salario y al mismo tiempo asumir las tareas que se derivan de su función reproductora. Todo ello sin la menor protección social, económica y, en la mayoría de los casos, en condiciones lamentables de higiene y seguridad.

Claro está que esta tendencia se va acentuando puesto que el sector se feminiza paralelamente a los procesos de feminización de la pobreza.

Las mujeres, que son mayoritarias en estos sectores, son víctimas de una doble marginación: por una parte, estos sectores son considerados como marginales y, por otra parte, la mayoría de sus trabajadores son mujeres que ocupan una posición totalmente marginal en las organizaciones sindicales.

Mientras que todo el mundo está de acuerdo (teóricamente) en afirmar que las mujeres desempeñan un papel imprescindible en el desarrollo y que se reconoce el principio de igualdad de oportunidades entre los hombres y las mujeres como un derecho humano básico, observamos que este desarrollo desemboca en una situación de regresión social, en una nueva división sexual del trabajo y en una falta de reconocimiento o de valorización del papel económico de las mujeres.

 

Ante esta situación, y pese a los obstáculos, en el mundo entero las mujeres se organizan, se movilizan y asumen responsabilidades para defender sus derechos, para intentar influir en las decisiones e intentar vencer los obstáculos que les impiden avanzar hacia la igualdad. Es de sobra sabido que, tanto en el Norte como en el Sur, desde hace mucho tiempo las mujeres van denunciando en las organizaciones sindicales las prácticas discriminatorias, no sólo en los puestos de trabajo sino también en el seno de los movimientos sindicales, en los que los hombres ejercen siempre un monopolio y trasmiten modelos y preocupaciones masculinas.

Por consiguiente, la mejora de las condiciones de vida y del estatuto social de las mujeres enfrenta numerosos obstáculos políticos agravados por los obstáculos económicos.

Durante el último Congreso, la CMT tomó varias decisiones, entre las cuales, se comprometió a obrar por una mejora de las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres trabajadoras, especialmente dentro de la economía informal.

El presente trabajo es el fruto de una reflexión realizada por las mujeres de la CMT3 durante su última Conferencia Internacional celebrada en Bangkok en noviembre de 1997. No pretende mover montañas, sino permitir al movimiento sindical tener en cuenta el punto de vista de las mujeres cuando analice una realidad aparentemente "universal" tal como la de la situación de los "trabajadores" en la economía informal.

Lo que más deseamos es que cada sindicalista disponga de este trabajo y lo utilice como instrumento pedagógico en los procesos de sensibilización de los responsables sindicales, sobre todo cuando se trate de configurar políticas que fomenten la participación de las mujeres del sector informal en todos los niveles de la organización sindical como actrices de pleno derecho. Asimismo, constituye un instrumento para todos los que y todas las que se comprometan en procesos de organización de las mujeres trabajadoras del sector informal.

Dicho trabajo tiene por objeto animar a los que y las que quieran comprometerse:

en el desarrollo de acciones concretas allí donde las mujeres están presentes y donde sus condiciones de vida y de trabajo son precarias; en la construcción de un mundo justo que tenga en cuenta a todos y a todas en un pie de igualdad; y, sobre todo, en la utilización de un instrumento de análisis que es la "perspectiva de género".

 

El Departamento "Mujer y Trabajo" de la CMT

1 ¿Por qué Género y sector informal?

El fenómeno del sector informal está difundido ampliamente en todo el mundo y ha llegado a ser muy importante en los países del tercer mundo. En algunos casos, constituye la mayor fuente de trabajo. Sin embargo, no se trata de un fenómeno propio de estos países ya que también existe en los países industrializados en donde, al igual que en los países pobres, la recesión y la aplicación de políticas de ajuste estructural, a partir de los años 70, han dado como resultado un crecimiento del desempleo que obliga a los y las trabajadoras a buscar empleos independientes o clandestinos que les aseguren un ingreso para sobrevivir.

El Programa de Ajuste Estructural – PAE - es el conjunto de medidas destinadas a corregir los desequilibrios macroeconómicos de un país (balanza de pagos, balanza comercial, inflación, etc.).

Comienza a imponerse a los países en vías de desarrollo, por instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con el objetivo de resolver la crisis de la deuda. Basado en una ideología neoliberal, el PAE busca, en una primera etapa, la reducción de la demanda interna de un país (a través de la reducción de gasto público fundamentalmente en las áreas de Educación, Salud, Cultura, etc.) y en una segunda etapa, la privatización, la reducción del Estado y la determinación del mercado como único regulador de las manifestaciones económicas, pero también sociales y culturales. Sus defensores explican que si un país lo aplica como debe ser la clase económica dominante acumulará tanto que la riqueza terminará por "desbordarse" a los demás sectores de la sociedad.

Paralelamente, se asiste, tanto en el norte como en el sur, a un aumento de la "informalización" del trabajo de las mujeres. Éstas que no han tenido un acceso normal al empleo formal son mayoritarias en el sector informal.

Para entenderlo, vamos a utilizar un instrumento teórico que se desarrolla a partir de los análisis hechos por el movimiento de mujeres que buscaban explicar el por qué de la discriminación contra las mujeres y que estudia los roles sociales que se asignan a todos los individuos en función de su sexo, permitiendo así comprender las causas de las desigualdades entre hombres y mujeres. Este instrumento es la perspectiva de Género.

La perspectiva de Género comienza por explicar que las diferencias entre los seres humanos que se basan en el sexo son de dos tipos:

Diferencias biológicas: el sexo es particularmente el conjunto de características biológicas que distinguen a las mujeres de los hombres según sea su rol en la reproducción de la especie humana. Si bien cada persona desempeña un papel determinado, esta diferenciación no debe ser motivo de discriminación.

Diferencias socialmente construidas: nos referimos al Género cuando hablamos de las características personales que cada quien asume como suyas pues desde muy temprano le son inculcadas cómo propias. Un bebé nace sin estereotipos ni prejuicios sobre como debe actuar, vestirse, ser y pensar por el hecho de ser hombre o mujer. Todo esto lo aprende en la casa, en la escuela, en la iglesia y en el marco de su vida social con otros niños o niñas y con los adultos. esto es el proceso de socialización; pues la sociedad establece para cada persona las "características" que le corresponden según su sexo.

La diferencia que se establece entre hombres y mujeres según el Género es motivo de discriminación; pues resulta que las características que se asignan a las mujeres las hacen parecer "inferiores" a los hombres.

Las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres de acuerdo a esta diferenciación han resultado en la adjudicación de roles de Género a cada sexo, es decir, tareas que cada persona debe cumplir según su sexo. De esta manera los hombres se han visto atribuir el rol productivo que son todas las actividades que se realizan para transformar la naturaleza y producir bienes y servicios para consumo e intercambio. Las mujeres en cambio se ven atribuir la realización de las tareas propias al rol reproductivo, es decir todas aquellas actividades que se realizan para asegurar que el ser humano como especie continúe existiendo.

Entre estas actividades están la reproducción misma (cuidar de los niños y niñas de todas las edades, criarlos, cuidarlos cuando están enfermos, etc.) y otras actividades que tienen que ver con la recuperación de la capacidad de trabajo de todos los integrantes de la familia (preparación de los alimentos, aseo de la casa, etc.).

Cada uno de estos roles es a su vez valorado de manera diferente: el rol productivo, que recibe un salario, es valorado positivamente, sobre todo en el marco de un modelo de desarrollo como el que se aplica actualmente y que privilegia la acumulación. En cambio, el trabajo reproductivo que no es remunerado, es menospreciado y con el a las personas que lo realizan: las mujeres.

Tanto las características atribuidas según el sexo de cada persona como los roles de Género provocan situaciones injustas tanto para los hombres como para las mujeres. Cuando a un niño se le prohibe expresar sus sentimientos de tristeza porque "si llora es que no es hombre de verdad" o cuando a una niña se le obliga a atender a los hombres de la familia "porque es mujercita" estamos frente a la reproducción de los estereotipos de género, que niegan el derecho de cada uno de ser y hacer lo que sea mejor para el desarrollo de su propia individualidad.

Por otro lado, esta diferenciación genera la separación entre el "ámbito público", al que corresponde lo relacionado con lo productivo y el "ámbito privado" que es un ámbito socialmente no regulable y al que corresponde todo lo relacionado con lo reproductivo.

Los elementos expuestos anteriormente son parte de la base teórica del enfoque de género. Sin embargo, es necesario ver a este enfoque como lo que es; un instrumento que permite analizar y conocer la realidad y no una descripción detallada y dogmática de la misma.

Muchas mujeres realizan tareas que son propias del trabajo productivo; debido a razones como el aumento de la pobreza que hace necesario aumentar las posibilidades de ingreso de la familia, la modificación de las estructuras familiares o en algunos países debido al triunfo de las reivindicaciones de las organizaciones de mujeres. Sin embargo, al aplicar la perspectiva de Género para analizar esta situación nos damos cuenta de que la mayoría de las mujeres tienen acceso a trabajos "propios de las mujeres", es decir, trabajos que son de alguna manera una prolongación de las tareas reproductivas (enfermeras, maestras, empleadas de servicio doméstico, etc.).

Asimismo, se puede observar que hay muy pocas mujeres que tienen acceso a otro tipo de trabajos y que cuando acceden a estos en muchos casos reciben salarios menores a los de los hombres. "Las actividades económicas de las mujeres siguen centrándose fundamentalmente en formas de empleo precarias caracterizadas por una escasa remuneración y una baja productividad; mientras que los hombres copan los puestos de mayor retribución, las mujeres se encuentran en los peor pagados y ganan solamente entre un 50 % y un 80 % de lo que ingresan los hombres".4

Además de lo anteriormente señalado, se observa que son las mujeres quienes ocupan, en muchos casos, los empleos precarios disponibles en el mercado de trabajo, en los que existen condiciones de inseguridad laboral y en los que están constantemente expuestas al acoso sexual. Generalmente, a las mujeres les cuesta el doble o triple esfuerzo ascender en las posiciones laborales… cuando lo logran.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que si bien el enfoque de Género da explicaciones concretas que permiten explicar fenómenos como el del sector informal, este enfoque no es ni pretende ser el único instrumento de análisis; sin embargo, sigue siendo un instrumento de análisis indispensable.

"En las dos últimas décadas se ha registrado un aumento sin precedentes de las tasas de participación de la mujer en el mercado de trabajo y de su acceso al empleo remunerado. Sin embargo, sólo una proporción relativamente pequeña de las nuevas oportunidades de empleo que se han generado corresponden a modalidades de empleo tradicional y asalariado amparadas por sistemas de protección social. Cada vez más, los principales factores de crecimiento del empleo son la expansión del sector no estructurado y el desarrollo de nuevas modalidades atípicas de empleo como el empleo temporal, el trabajo a domicilio y el trabajo en régimen de subcontratación. En la actualidad, la mayoría de las mujeres que trabajan en los países en desarrollo lo hacen como trabajadoras por cuenta propia o al frente de microempresas o bien con arreglo a alguna de las nuevas modalidades de empleo antes mencionadas. Las trabajadoras suelen combinar estos tipos de actividad o cambiar de condición laboral en función de las oportunidades de que dispongan".

 

Fuente: OIT5, Políticas de Desarrollo,1998 – 1999, www.oit.org

 

2 Definición del sector informal

Desde que la Organización Internacional del Trabajo publicara su informe sobre la situación del empleo en Ghana y Kenia en 1972, identificando por primera vez un tipo de actividad laboral que no correspondía ni a las actividades del sector "tradicional" ni a las del sector «moderno» de la economía, ha habido muchos estudios y trabajos sobre lo que la OIT llamó el sector no estructurado de la economía. Estos estudios no han permitido llegar a un acuerdo ni sobre cómo llamar a este fenómeno ni sobre cómo definirlo.

Entre diversos nombres (sector informal, sector marginal, economía informal, sector no regulado de la economía, etc.), nosotros utilizaremos el término sector informal por ser el más conocido, con la aclaración de que no es necesariamente el más satisfactorio.

Existen tantas definiciones como estudios sobre este sector, la mayoría son generalizaciones hechas desde lo formal, que designan un fenómeno que en la realidad no es homogéneo. Por otro lado, se trata de definiciones negativas, es decir, definen lo que "no es el sector informal" y es muy difícil obtener una definición sintética, pues algunas se contradicen entre sí. Sin embargo, apparentemente cada definición responde en una u otra medida a uno de los enfoques siguientes:

a. El enfoque centrado

en la lógica de producción

del sector informal (SI)6

Este enfoque considera que el elemento fundamental del sector informal es su lógica de producción según la cual el objetivo principal de la actividad es garantizar la sobreviviencia del grupo familiar. Esta lógica es diferente a la del sector "formal" de la economía cuyo objetivo es la acumulación.

El sector informal surge entonces como resultado, por un lado, de la existencia de un "surplus" de mano de obra que no encuentra lugar en el sector formal (en su mayoría hombres y mujeres que no encuentran un lugar en el sector "moderno" urbano); y por otro lado, como resultado de la distribución inequitativa de los recursos y la pobreza que esta genera.

 

En general, las mujeres ingresarían al SI por tres razones:

 

1. por las dificultades de acceder al sector formal

Las mujeres encuentran mayores dificultades para acceder al trabajo formal puesto que su trabajo se supone "inferior" y no cuentan con la formación que muchas veces requiere el sector formal, "caro" porque hay que concederles permisos de maternidad y organizarles servicios sociales suplementarios que disminuyen su productividad. En otros casos, las mujeres simplemente no tienen la posibilidad de acceder a los medios de producción (en Ghana por ejemplo, la tierra es considerada propiedad común; sin embargo el usufructo de la misma se obtiene limpiando la tierra, una actividad típicamente masculina según la división sexual del trabajo vigente, o por vía hereditaria que en todo el país excluye a la esposa).

 

Un informe de la OIT de 1996 señala que la discriminación en la enseñanza (dos tercios de los casi 1.000 millones de analfabetos adultos que hay en todo el mundo son mujeres) es una de las causas principales de la pobreza y el subempleo de la mujer. En algunos países en desarrollo africanos, como Benin, Burkina Faso, Guinea Bissau, Mali, Mozambique, Níger, Senegal y Togo, o asiáticos, como Afganistán y Nepal, más del 90 % de las mujeres de 25 o más años nunca han ido al colegio.

 

De los 100 millones de menores que no tienen acceso a la enseñanza primaria en todo el mundo, un 60 % son niñas.

 

Incluso en los casos en que se puede acceder a la enseñanza y a la formación profesional, muchas instituciones continúan ofreciendo a las chicas cualificaciones típicamente "femeninas", como mecanografía, enfermería, costura, restauración y hotelería, limitando la oferta de conocimientos científicos y técnicos. En los países más pobres, las chicas tienen muchas más probabilidades que los chicos de interrumpir o abandonar su escolaridad para dedicarse a tareas domésticas, a pesar de los beneficios evidentes que reporta la mejora de su formación.

 

Fuente : Lim, Lin, More and better jobs for Women, ILO 1996

 

Estas dificultades son el resultado de la práctica cotidiana y sistemática de la discriminación contra las mujeres :

 

2. porque la lógica del SI les facilita la inserción al mismo

Al estar encargadas de las tareas de reproducción, las mujeres encuentran un espacio que les "conviene"; pues el sector informal privilegia la supervivencia en lugar de privilegiar la acumulación.

 

3. por la feminización de la pobreza

A partir de principios de los años 80 se han deteriorado las condiciones de vida y de trabajo de muchas mujeres en todo el mundo: las mujeres son mayoritarias entre las categorías de los más pobres.

 

b. El enfoque centrado

en su carácter no legal

Según este enfoque, la característica principal del sector informal es su carácter no legal y en torno a esta se definen todas sus otras características. Se dice que no es legal porque no cumple con las regulaciones fiscales (no paga impuestos de ningún tipo), laborales (no paga horas extras, salario mínimo, seguridad, higiene, etc.) y otras de tipo social (seguridad social, jubilación, etc.).

 

Según el enfoque de la no legalidad, el sector informal no surge debido a razones estructurales sino a la existencia de un sistema fiscal defectuoso y de normas y leyes "inapropiadas". En consecuencia, algunos estudios recientes de marcada tendencia neoliberal, concluyen que las leyes deben reflejar las circunstancias actuales y sostienen que la desregulación de los mercados y la reducción del estado permitirán la integración del si al sector formal de la economía.

c. El enfoque que se centra en la reciente evolución de la organización del trabajo

Este enfoque considera que el sector informal es el resultado del surgimiento de nuevas formas de organización del trabajo que acarrean una nueva división del trabajo.

Sin embargo el surgimiento de las nuevas formas de organización del trabajo afecta tanto al trabajo del sector informal como al trabajo del sector formal por lo que difícilmente puede relacionarse exclusivamente al primero. En el capítulo sobre las relaciones que se establecen entre el sector informal y el sector formal y en el capítulo sobre los efectos de la globalización en el trabajo abordaremos esta cuestión con mayor detalle.

3 Características

a. Características generales

Si bien no hay un consenso sobre la definición del sector informal, los estudiosos de la materia parecen estar de acuerdo en lo que se refiere a las particularidades de este sector, que generalmente se caracteriza por tratarse de empresas pequeñas en las que laboran como máximo 10 trabajadores y, en muchos casos, de empresas familiares en las que las mujeres ofrecen su mano de obra sin percibir un salario y en las que los beneficios son controlados por el marido o el hombre de la casa.

 

Por otro lado, en estas actividades se utilizan los recursos más disponibles, es decir los recursos locales y se privilegia el uso intensivo de la mano de obra en lugar de recurrir a la tecnología que es más costosa.

 

Estas actividades suelen ser "invisibles"; pues, por un lado no se someten a ningún tipo de regulación, y, por otro lado, no se contabilizan en la economía nacional.

 

Además, existe consenso sobre el hecho de que las actividades domésticas o reproductivas no son actividades propias del SI. Las actividades ilegales o criminales tampoco se consideran parte de este sector.

b. Tipos de actividades del SI

Al analizar el tipo de actividades que se realizan en el marco del SI, se puede percibir cómo, incluso al interior de este sector, se expresa la división de roles: las mujeres realizan las actividades intensivas en mano de obra, menos remuneradas o que se asimilan a las actividades reproductivas.

 

En el sector de servicios, las mujeres se desempeñan generalmente como vendedoras, pequeñas comerciantes, camareras, peluqueras, lavanderas, personal de servicio doméstico, etc.; mientras que los hombres se desempeñan mayoritariamente en el transporte, actividad que puede ser mejor remunerada.

 

En el sector de producción manufacturera, hay una minoría de mujeres y las pocas que hay, trabajan a domicilio fabricando ropa, productos alimenticios, etc., o trabajan por subcontratación en pequeñas empresas y talleres.

 

En el sector agrícola, las mujeres tienen una participación muy importante y pueden incluso llegar a ser mayoritarias como en algunos países africanos, en los que combinan las actividades de otros sectores, como la venta y la transformación artesanal, con las labores agrícolas. En otros países, las mujeres realizan sobre todo los trabajos estacionales, que son sumamente inestables, pues los contratos son de duración limitada a un mes o incluso a un solo día.

 

La migración hacia las ciudades, que provoca la falta de oportunidades de empleo, coloca a las mujeres en una situación aún más difícil; pues cuando los hombres se van, ellas deben combinar sus múltiples tareas reproductivas con el cultivo de tierras familiares y la realización de actividades informales complementarias. De la misma manera, cuando son ellas las migrantes, son las actividades informales las que les permiten hacer frente a las necesidades de sus familias en el ambiente generalmente hostil de las ciudades.

 

c. Aspectos positivos y negativos del sector informal

Aspectos positivos

Permite mitigar la pobreza

Al constituirse en la única opción de trabajo para muchas personas, las actividades del SI aseguran la sobrevivencia y mitigan los efectos de la pobreza que genera la incapacidad del sector formal de crear empleos. Para las mujeres, sobre todo para aquellas jefas de familia, las actividades del SI aseguran, asimismo, la sobrevivencia propia pero también la de sus familias.

Fácil acceso al SI

Cualquiera puede comenzar una actividad del SI, entre otras cosas porque se trata de actividades que no requieren una formación elevada, muchas veces negada a las mujeres; pues los padres y las madres muchas veces prefieren educar a los hijos. Por otro lado, el SI permite adquirir los conocimientos necesarios en la práctica de las mismas. otra razón por la que las mujeres acceden fácilmente al SI es que en muchas de las actividades de este sector no se necesitan capitales iniciales importantes, mientras que para acceder al sector formal (SF) las mujeres deben reunir sumas importantes. Esto es así entre otras razones porque las mujeres no tienen un acceso fácil a los créditos y porque en el trabajo que realizan normalmente, que es el trabajo doméstico, no perciben un salario que les permita ahorrar.

 

Rol social del SI

Algunos autores subrayan el rol social que desempeña el sector informal: por un lado, asegura un empleo y un ingreso y, por otro lado, constituye un factor de integración y de solidaridad que no deja de estar ligado a su lógica productiva de supervivencia. En todo el mundo, las mujeres hacen prueba especial de creatividad a la hora de desarrollar estrategias de sobrevivencia basadas en la solidaridad. En América Latina, por ejemplo, la experiencia de las cocinas colectivas, que en su inicio era una respuesta a la necesidad de las mujeres de conciliar la alimentación de sus hijos e hijas y los horarios de trabajo remunerado, se convirtieron con el tiempo en un espacio de solidaridad en el que se reciben cursos de alfabetización, de cálculo y otras materias de interés para ellas.

compatibilidad con el trabajo reproductivo

El trabajo en el SI proporciona a las mujeres actividades de horarios flexibles que les permite acomodar el trabajo reproductivo que sigue siendo considerado un trabajo que las mujeres deben realizar solas.

Aspectos negativos

Barreras financieras

En muchos casos, las personas que inician actividades en el SI no cuentan con las garantías que solicitan los bancos para otorgar un préstamo por lo que se recurre al crédito informal pagando intereses mucho más elevados. Sin embargo, existen excepciones, por ejemplo, las "tontines" que inventaron las mujeres africanas para ahorrar con el fin de comenzar una actividad informal o hacer frente a otras necesidades como bodas, bautizos, defunciones, etc. Cada "tontine" reúne a un grupo de mujeres en el que cada una aporta una cantidad de dinero determinada. En cada reunión y por turno se otorga la totalidad del dinero así reunido a una de las participantes que lo puede utilizar para lo que necesite.

 

Barreras no financieras

Pueden ser dificultades ligadas a la falta de información o ligadas a la existencia de reglas determinadas que dificultan la entrada a un sector de actividad, como por ejemplo, la obtención de un permiso de conducir, las actividades reservadas a una casta (como el trabajo metalúrgico en Senegal), a una etnia (como los impresores betawi en Jakarta), a una religión, etc.

 

Condiciones de trabajo

Este sector se caracteriza por el irrespeto, por la no aplicación o simplemente por la ausencia de normas laborales concernientes al salario mínimo, al horario de trabajo, a la seguridad y otras normas sociales relacionadas con el sistema de salud, la jubilación, etc.

 

Doble jornada de trabajo

Por diferentes razones, las mujeres asumen tareas propias al trabajo productivo, pero al hacerlo no dejan de ser las responsables exclusivas del trabajo reproductivo lo que da como resultado una doble carga de trabajo que se refleja en la doble jornada de trabajo de las mujeres. ¿No es también el caso para mujeres que se desempeñan en el sector formal?

 

Cuidado de hijos e hijas

Para las mujeres que trabajan como vendedoras ambulantes o en puestos ubicados en el exterior es muy difícil conciliar el trabajo con el cuidado de sus hijos e hijas, quienes crecen y se desenvuelven en un medio generalmente hostil, como es el de la calle.

 

Bajo nivel organizativo de las mujeres

Al ser la fuerza de trabajo mayoritaria en el sector informal, las mujeres son las trabajadoras menos representadas en la organización sindical, por lo que se encuentran en una situación de precariedad puesto que no tienen posibilidad de defender sus derechos ni de negociar mejores condiciones de trabajo.

 

4 Relaciones entre el sector informal y el sector formal

a. Relaciones de complementariedad

El enfoque que considera que la característica principal del SI es su carácter no legal y que considera que este sector surge como respuesta a la existencia de leyes y normas inapropiadas, justifica las relaciones de complementariedad entre el SF (sector formal) y el SI, puesto que éstas se basan en la desregulación. De esta manera, el sector formal y el sector informal de la economía se relacionan al haber una "formalización" de la producción (producción destinada a ser comercializada en el mercado nacional o mundial de grandes empresas) y una "informalización" de la organización del trabajo en la que las normas "inútiles" se ignoran, es decir las normas laborales y sociales que protegen a los trabajadores: los contratos y los horarios son más flexibles y aumenta el trabajo sub-contratado en empresas más pequeñas o a domicilio. esta "informalización" del trabajo genera un aumento de la precarización del empleo y la desprotección de los y las trabajadoras.

 

Al relacionarse los dos sectores, se complementan, no se integran: la lógica productiva de sobrevivencia sigue siendo la lógica de los trabajadores y trabajadoras mientras los empresarios conservan una lógica de acumulación.

 

En ese contexto, los patronos prefieren a las trabajadoras mujeres para realizar los trabajos precarios. Las mujeres sont pues consideradas sumisas, temerosas, resistentes al trabajo prolongado y se le supone no propicias a organizarse para defender sus derechos.

 

Un ejemplo claro de la informalización del trabajo es el caso de las maquiladoras; empresas de confección textil ubicadas generalmente en zonas francas, en las que se producen artículos de vestir para ser vendidos en todo el mundo y bajo el sello de marcas prestigiosas.

Pero estas marcas no responden por las condiciones de trabajo precarias de mujeres que no tienen ningún tipo de protección salarial, a las que se les fuerza a trabajar jornadas hasta de 12 horas, se les encierra por la noche en los talleres, se les acosa sexualmente, se les despide en caso de embarazo y se les hace trabajar en condiciones de peligro y/o en locales que no tienen la infraestructura adecuada (2 servicios sanitarios para 1.000 trabajadoras y 10 minutos de pausa al día).

Todo esto bajo la anuencia de gobiernos "tercermundistas" que consideran que su ventaja comparativa en el mercado global es la explotación casi esclavista de las y los trabajadores.

 

b. Relaciones de integración

Algunas empresas del sector informal integran algunos elementos del SF, como por ejemplo la incorporación y aplicación de algunas normas laborales básicas, con el objetivo de evitar los problemas de la no legalidad.

 

5 Globalización y organización sindical informalización del trabajo

 

Algunos autores hacen énfasis en la diferencia entre:

la mundialización, que se refiere al proceso histórico de internacionalización es decir, de intercambio cultural, social, económico y humano que se da entre continentes, regiones y países. Este proceso permite el surgimiento de un espacio "mundial" en el que encontramos los "intereses comunes" a toda la humanidad, que no tiene un solo referente geográfico y que no está limitado por fronteras. Un ejemplo de dicho espacio es el surgimiento de un cuerpo jurídico destinado a la regulación de las relaciones entre los Estados o entre los Estados y los particulares: el derecho internacional del trabajo forma parte de ello,

y la globalización , que es la fase más reciente de la mundialización, se caracteriza por el lugar privilegiado que ocupa lo económico en el proceso de internacionalización. Este fenómeno se manifiesta en dos preocupaciones fundamentales: la definición de una estrategia global de las empresas y la organización del intercambio comercial. La globalización se acelera particularmente a partir de 1980 como resultado de la caída del Muro de Berlín, del proceso de liberalización del mercado y del progreso espectacular de la tecnología de la información.

a. Nuevas formas de organización del trabajo : del fordismo a la deslocalización

Hasta la década del 70, cuando comienza la crisis del empleo en los países industrializados, se organizaba el trabajo fundamentalmente bajo el modelo fordista. Este modelo, creado por el empresario estadounidense Henry Ford, se caracterizaba por una especialización de las tareas de producción, por la incorporación de algunos elementos tecnológicos (cadenas de producción robotizadas) y, sobre todo, por los salarios medianamente altos de sus trabajadores. Esto constituyó lo que se conoce como el contrato social, que se basaba en la idea de que con salarios elevados se lanzaba el consumo lo que garantizaba la existencia de una demanda interna importante.

La crisis del trabajo marca un cambio radical de esta situación. Los patronos comienzan a aplicar políticas de descentralización y de deslocalización justificándo estas en el "elevado costo" del trabajo y el clima social "demasiado" reivindicativo en los países industrializados. En realidad, de lo que se trata es de la puesta en marcha de una estrategia cuyo objetivo es anular la acción sindical (aprovechando las diferencias entre los países a nivel salarial y social) y con ésta, la protección de los trabajadores y trabajadoras.

Comienza así la era de la descentralización, de la deslocalización, de la flexibilidad del trabajo, de los despidos masivos de trabajadores y de la agudización del desempleo. Es así cómo el recurso a los servicios de pequeños talleres o del trabajo a domicilio en diferentes regiones llega a ser la "clave" para generar ganancia y acumulación.

Para que una empresa deslocalizada se instale en un país, éste debe ofrecer una mano de obra "barata", sin que la instalación de dicha empresa ofrezca una garantía de empleo a largo plazo, ya que dicha empresa siempre puede deslocalizarse hacia regiones o países más pobres.

En la mayoría de los casos, esta mano de obra barata la constituyen las mujeres o los jóvenes que trabajan en las condiciones del SI; es decir, sin ningún tipo de protección jurídica, sin tradición ni experiencia sindical ...

Tanto la crisis del trabajo como el avance tecnológico en las comunicaciones característico de la globalización permiten a los patronos una gestión global de sus empresas según la cual las diferentes etapas de la producción se reparten en diferentes partes del mundo, introduciendo cambios importantes a los que los sindicatos aún no se han podido adaptar.

b. Trabajo a dos velocidades: trabajo precario y trabajo primario

De esta manera, el trabajo se ve segmentado en dos formas:

 

El trabajo primario: Se trata de los trabajos mejor pagados, estables, que ofrecen mejores condiciones, etc.

El trabajo secundario o precario: son los trabajos mal pagados, inestables o a corto plazo. La precarización del trabajo prefiere la mano de obra de aquellos que se encuentran en una situación marginal; mujeres, jóvenes o migrantes.

 

La extensión del Sector Informal responde, entre otros, a una estrategia de los patronos para limitar el poder de los sindicatos.

En Italia, por ejemplo, esta estrategia recibe el nombre de "especialización flexible" y ha sido aplicada con exito por la FIAT desde los años 70. La misma consiste en la descentralización maximal de la fábrica hacia pequeñas empresas o talleres sub - contratados en otras regiones del país o hacia los países más pobres en donde la mano de obra es más barata.

Otro ejemplo claro es el de BENETTON: 850 personas trabajan en la fábrica "central" en Europa (los únicos trabajadores formales de la empresa) mientras que 25.000 personas trabajan en pequeñas empresas subcontratadas para la confección ubicadas en los países del tercer mundo o en los países del Europa del Este.

El recurso al empleo precario permite a los patronos evitar la satisfacción de las reivindicaciones de los trabajadores del sector primario quienes se ven obligados a ceder muchas de sus reivindicaciones para tener el "privilegio" de conservar su empleo.

Como resultado de esta situación, los trabajadores del sector formal se ven sometidos a nuevas formas de organización del trabajo que van desde una "implicación personal" a la "japonesa", hasta la negociación, en la que aceptan la disminución de sus salarios y de otras reivindicaciones y la coexistencia con el trabajo precario a cambio de la promesa de los patronos de no deslocalizar; promesa no siempre cumplida.

Esta división del trabajo en primario y precario y la globalización que le sirve como contexto expone a los sindicatos a problemas nuevos, entre los que se destacan:

la crisis de representatividad. Surge como resultado de la débil inserción de los trabajadores en las organizaciones sindicales; sobre todo de los trabajadores precarios cuyo número aumenta pero cuyas reivindicaciones no encuentran eco entre dichas organizaciones.

 

la difusión del espacio de trabajo. Hasta ahora el campo de acción de las organizaciones sindicales ha estado bien determinado: la fábrica ha sido el espacio en el que se enfrentan los diferentes intereses y se pactan las negociaciones. En la actualidad, las fábricas como unidades de producción están dando paso a las "fábricas difusas" cuyos componentes de gestión, producción y otros, se encuentran dispersos en distintos territorios o países.

 

la crisis de solidaridad. En el contexto de la represión social generalizada, las dificultades emergen en el seno mismo de las organizaciones sindicales. Estas tensiones cuestionan la cohesión del mundo laboral, única oportunidad para lograr una capacidad de negociación efectiva en la demanda de un contrato social global y satisfactorio para todos y todas las trabajadoras del mundo. De esta manera, las negociaciones sindicales que contradicen las disposiciones de seguridad social, que aceptan la precarización del empleo (parcial, clandestino, falsos independientes), la diversificación de ventajas extralegales para evadir el fisco, etc.; son muestras de estas tensiones y del repliego corporativo que debilita el movimiento sindical.

 

6 Sector informal y organización sindical

a. Relaciones de Género, sector informal y lucha sindical

"Las causas de la pobreza y de la exclusión social no se sitúan sólo en el plano de la privación material, sino que obedecen también al limitado poder de negociación de los grupos desfavorecidos y a su incapacidad para influir en los procesos de toma de decisiones que les afectan. La mayoría de los grupos excluidos, como las mujeres que son jefe de familia, las poblaciones indígenas y tribales, los trabajadores ocasionales, los trabajadores estacionales del sector agrícola, los trabajadores a domicilio y los del sector no estructurado, están actualmente desorganizados y sin representación. De hecho, la organización de estos grupos es una de las maneras más eficaces de mejorar su capacidad para iniciar un cambio y facilitar su acceso a los bienes de producción, a las actividades de formación y a los servicios sociales. A los sindicatos y a los organismos oficiales les corresponde una importante función al respecto".

 

Fuente: OIT, Políticas de Desarrollo 1998 – 1999, www.oit.org

Al finalizar el siglo, las organizaciones de trabajadores se enfrentan a una evolución histórica que da como resultado una realidad distinta a la que prevalecía en el momento en que estos definieron su estrategia organizativa. Así pues, la eficacia de los sindicatos para defender sus derechos se ve disminuida por fenómenos como la globalización de la economía, la expansión del sector informal, la creciente flexibilización del trabajo, etc. En este contexto, el número de trabajadores que pertenecen a las nuevas categorías de empleo precario y flexible (o sea al trabajo informal e informalizado) aumenta en todo el mundo; estos hombres y mujeres que representan la principal mano de obra del próximo milenio carecen de mecanismos organizativos y representativos para defender sus derechos.

Estas condiciones plantean a los sindicatos la necesidad de reformular muchos de sus principios, métodos y objetivos y procurar la incorporación de la cada vez mayor población trabajadora que no encuentra un lugar en las organizaciones sindicales tradicionales.

En el caso de las mujeres, se puede comenzar por preguntarse por qué éstas no están incorporadas a las organizaciones sindicales. La respuesta nos podría indicar situaciones concretas que viven las mujeres, por ejemplo las que trabajan en el sector informal, y también los problemas propios de la organización sindical que hay que sobrepasar para lograr integrar a estas trabajadoras vulnerables a la precarización. No podemos olvidar que la "informalización" del trabajo es también una estrategia que se aplica para disminuir la capacidad de respuesta de los sindicatos dentro del SF. Por lo tanto, es necesario encontrar una solución que permita a las organizaciones continuar exitosamente su papel de defensoras de los derechos de los y las trabajadoras de todos los sectores.

Desde esta óptica constatamos que la incorporación de las mujeres en las organizaciones de trabajadores es necesaria para que éstas puedan defender sus derechos y alcanzar un nivel de vida digno para ellas y para sus familias; pero también es una exigencia para los sindicatos, los deben que enfrentar la nueva realidad y llevar a cabo de manera efectiva su lucha por los derechos laborales y resolver de esta manera la crisis de representatividad y de solidaridad que se atraviesa actualmente.

 

Tradicionalmente el sindicalismo se ha basado en un concepto de defensa universal del "trabajador". Este concepto universalisante se ha convertido en fuente de discriminación al hacer caso omiso de las diferencias y relegar por lo mismo a un segundo plano las reivindicaciones de las que conforman una categoría distinta: las trabajadoras.

Además de los actos discriminatorios, puede existir una discriminación "por omisión", que resulta de la acción que no tiene en cuenta la existencia de diferencias: hay discriminación si se aplican políticas diferentes para los que son iguales, pero también hay discriminación si se aplican políticas iguales para los que son diferentes.

 

Por ejemplo, se puede hablar de salud y este es un tema que interesa al "trabajador" en general pero al abordar específicamente el problema resulta que para las mujeres la salud reproductiva es una prioridad por el papel que éstas cumplen de acuerdo a su sexo biológico, mientras que para los hombres ésta es secundaria. Al no considerar los problemas de salud reproductiva como prioritarios dentro de las reivindicaciones de salud, se está discriminando a las mujeres sindicalistas.

 

La aplicación de la perspectiva de Género para enfocar los asuntos sindicales y la necesidad de organizar a las mujeres que trabajan en el sector informal permitirían evitar esta discriminación "pasiva", pues se tendría en cuenta la problemática específica de la mujer trabajadora en todos los sectores.

 

b. Algunas estrategias posibles

La evolución económica actual que favorece la tendencia hacia una organización del trabajo en la que se privilegia la flexibilidad y la precariedad del mercado laboral se acompaña de una acentuación de la marginalización de la mayoría de la población mundial. Las organizaciones sindicales no escapan a esta tendencia: la estrategia que sustituye al trabajo estable, basado en un contrato social, con este tipo de trabajo, ha mostrado ser efectiva, por lo menos hasta ahora.

 

El sector informal juega, por el conjunto de sus características, un papel importante en esta estrategia y ahora más que nunca la incorporación de los hombres y las mujeres de este sector a las organizaciones sindicales es importante, para unos y otros.

 

Por un lado, los trabajadores del SI, en su mayoría mujeres, son más vulnerables a esa forma de exclusión que es la precarización del empleo por no tener la capacidad de negociación que sólo la organización sindical ofrece a los trabajadores. Por otro lado, los sindicatos no podrán superar la crisis de representatividad y de solidaridad que atraviesan actualmente sin una redefinición de las reivindicaciones laborales, que deben forzosamente incluir la lucha contra la discriminación por sexo y la incorporación de las reivindicaciones de las mujeres tanto del sector formal como del sector informal, así como la definición de políticas específicas para la mujer, que conduzcan a una mayor afiliación sindical de las mismas y a la mejora de sus condiciones de vida y trabajo. Estas políticas no serán efectivas si no se basan en "una reflexión acerca de las necesidades y prioridades específicas de la mujer y acerca de su decisivo papel en la economía".7

 

En Costa de Marfil, la Confederación de Sindicatos Libres de Costa de Marfil - DIGNITÉ - ha logrado una experiencia interesante en la organización de mujeres en el SI que resultó en la formación del Sindicato Nacional de Mujeres en el Sector Informal –SYNAFSI- cuyo objetivo es reagrupar a las mujeres del SI de acuerdo a su esfera de actividad particular (vendedoras de pescado, de frutas, de verduras, etc.). Actualmente el SINAFSY cuenta con 2000 afiliadas apoyadas por DIGNITÉ de diferentes maneras: desde apoyo logístico hasta apoyo financiero.

 

Fuente: El sindicato y el Sector Informal, 02/98, Confederación Mundial del Trabajo.

 

En América Latina, en el seno de la CLAT8 (Central Latinoamericana de Trabajadores), la FETRALCOS (Federación de Trabajadores Latinoamericanos del Comercio, Oficinas y Empresas Privadas de Servicios) toma especial interés por el sector informal. FETRALCOS promueve iniciativas que garantizan a los trabajadores de este sector un mejor acceso a los créditos, así como a la formación y la asistencia técnica. Estas acciones son un seguimiento lógico del conocimiento sobre la importancia del problema tanto en cuanto al número de personas concernidas como en cuanto a las condiciones lamentables de trabajo. La necesidad urgente de representar a estos trabajadores guía los esfuerzos realizados por nuestra organización, especialmente entre las mujeres que trabajan en la calle como vendedoras ambulantes. De hecho, éstas trabajan sin ningún reconocimiento ni protección jurídica y deben afrontar las inclemencias del tiempo, los abusos de las autoridades locales y de la policía, así como el acoso sexual.

 

La formación en "Género" debe ser uno de los puntos de apoyo dentro de este proceso de análisis y de búsqueda de soluciones. Es preciso tomar en cuenta que el machismo es un fenómeno social que reproducen tanto los hombres como las mujeres y que no se trata de levantar la compañeras contra los compañeros, sino más bien de analizar un problema que afecta a todos y todas.

 

Es evidente que para conocer las necesidades y las reivindicaciones propias de las mujeres es necesario facilitar los procesos de transformación al interior del sindicato para que las mujeres puedan participar activamente en todos los ámbitos de la acción sindical. En ese sentido, las mujeres deben acceder a las posiciones de toma de decisiones y no verse limitadas tan solo como integrantes de la organización o como encargadas de hacer la comida y limpiar los locales para las reuniones o en el mejor de los casos como secretarias de la oficina de la mujer del sindicato.

 

Es también necesario reorientar la actividad sindical de manera que ésta tenga en cuenta la "difusión" del espacio de producción; además de las fábricas centralizadas, en donde es fácil identificar al empleador y al colectivo de trabajo, existen también la fábricas "difusas", el trabajo de subcontratación,...

Una experiencia de la Union démocratique des travailleurs sénégalais - UDTS - en la organización de mujeres trabajadoras de la economía informal en Senegal ha dado resultados satisfactorios para un grupo de mujeres de Mbur. Para hacer frente a sus necesidades, éstas se organizan en grupos de 20 a 40 mujeres para disponer de un poco de capital que les permita comprar materias primas en cantidades suficientes, logrando, a través de sus acciones, que las autoridades del pueblo les concedieran un terreno afin de construir un pequeño taller de producción y venta de sus productos.

"En Senegal, la acción sindical en el sector informal se fundamenta en estrategias de oferta de servicios en las áreas siguientes: la información, educación y concientización sobre los problemas demográficos y sindicales; la formación (alfabetización, gestión económica, técnicas de aprendizaje de los oficios artesanos); la promoción socioeconómica (acceso al crédito, a la tierra y a los medios de producción, conservación y transporte de los productos), y la defensa de los intereses materiales y morales de los miembros".

 

Fuente: El Sector Informal en Senegal, CMT – Labor – 98/2 y Más Mujeres en la Economía Informal, CMT – Labor- 98/33

 

En Asia, en el seno de nuestra organización BSSF (Bangladesh Sanjunkta Sramir Federation), se han emprendido varias iniciativas en pro de las mujeres del sector informal. La educación de los adultos, la asistencia médica para las madres y los hijos, las cooperativas, los proyectos de trabajo productivo,... son algunos ejemplos de su campo de acción.

 

Fuente: El Sindicato y el Sector Informal, CMT, enero de 1998)

 

Por razones de diversa índole, las trabajadoras del sector informal no siempre están en posibilidad de integrarse a los sindicatos, pero éstos siempre pueden establecer relaciones de solidaridad y consolidar acciones conjuntas con las otras organizaciones de la sociedad civil en las que las mujeres puedan integrarse. La organización sindical tiene una experiencia bastante importante que ofrecerle a las nuevas organizaciones de la sociedad civil y al mismo tiempo puede aprender mucho de las nuevas formas de solidaridad que surgen en estos espacios.

 

La CMT y el sector informal

En el programa de acción propuesto por la IV conferencia internacional de mujeres de la CMT y adoptado por la resolución del 24° congreso, llevado a cabo en Tailandia en 1997, la CMT urge a reconocer la importancia del sector informal y afirma que "estando sobrerepresentadas las mujeres en estos sectores, debido a una estrategia de supervivencia familiar, los sindicatos deben buscar las formas adecuadas para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de esta población, desde la acción colectiva y la capacitación para la defensa de sus intereses, con vistas a su plena participación en el desarrollo económico y social".9

Por su parte, la Comisión Mundial de Mujeres de la CMT considera que en este sector existe una doble marginación: en primer lugar, el sector es considerado como marginal y, en segundo lugar, la mayoría de los que laboran en él son mujeres, quienes a su vez tienen una posición marginal dentro del movimiento sindical. Por estas razones, las mujeres de la CMT consideran fundamental organizar las mujeres trabajadoras de ese sector. De esta manera se podrá experimentar formas alternativas de organización sindical y valorar la actividad económica de las mujeres. Estas podrán convertirse en expertas de estas nuevas áreas y, de esta manera, podrá reforzarse el funcionamiento sindical en general.

Por otro lado, el recurso a los instrumentos jurídicos internacionales existentes en materia laboral da a los sindicatos una base legal importante a la hora de plantear sus reivindicaciones. El código internacional del trabajo, compuesto por unos 200 convenios, abarca una amplia gama de asuntos sociales, entre ellos los derechos humanos básicos, los salarios mínimos, la administración del trabajo, las relaciones de trabajo, la política de empleo, las condiciones de trabajo, la seguridad social, la seguridad y la salud en el trabajo, el empleo de la mujer y el empleo de determinadas categorías de trabajadores (como los pueblos indígenas por ejemplo).

 

La cláusula social:

medio para el desarrollo social

Una de las limitaciones reconocidas del derecho internacional en general y por lo tanto del derecho internacional del trabajo es la ausencia de mecanismos de control y de sanción para garantizar su aplicación.

 

En este sentido, una de las tendencias actuales que merece un análisis exhaustivo por parte de las organizaciones sindicales y de otras organizaciones de la sociedad civil es la que intenta establecer un vínculo entre las relaciones económicas internacionales y las normas sociales fundamentales. Esta relación puede ser interesante si se considera la evolución mundial actual que plantea la necesidad de limitar la omnipotencia del mercado frente a la debilidad de las reivindicaciones sociales y por otro lado, si se considera que ésta pueda ser un instrumento efectivo que garantice la aplicación de las normas internacionales del trabajo. Este tema, llamado "cláusula social", ha sido objeto de numerosos debates en la escena internacional y más recientemente en el seno de la Organización Mundial del Comercio - OMC- cuya conferencia de 1996 fue ampliamente dominada por este tema sin que por ello se llegara a resultados concretos.10

 

De hecho, existe una oposición importante de los partidarios del libre mercado quienes sostienen que el mercado debe ser el único regulador de todos los ámbitos de la vida y no quieren ver al comercio limitado de ninguna manera, mucho menos con cláusulas que impongan el respeto de los derechos laborales y sociales.

La CMT por su parte aboga por un enfoque global del desarrollo. Las normas sociales fundamentales sólo son medios de lucha para alcanzar un desarrollo duradero. éstos serán verdaderamente eficientes si se unen a los combates contra la injusticia social, la cancelación de la deuda, fijación de precios justos para las materias primas, de los bienes y servicios, la reglamentación de la especulación, el pleno empleo y la lucha contra la pobreza y la discriminación. Las cláusulas sociales no son, por lo tanto, un fin en sí, sino unos medios para el desarrollo social.

 

En un mundo en el que comercio, beneficio y acumulación son palabras globales, al igual que exclusión, precariedad y explotación, los valores como justicia e igualdad entre hombres y mujeres parecen relegados a un pasado desaparecido.

 

Sin embargo, existen experiencias en todo el mundo que dan testimonio de que existen alternativas basadas en la solidaridad y en la cooperación.

 

Notas

1 Ducci Maria Angélica, La femme et les syndicats : perspectives de rénovation, Education Ouvrière, OIT, 1993.

2 organización International del Trabajo

3 CMT : Confederación Mundial del Trabajo.

4 Lim, Lin, More and better jobs for women - An action Guide, ILO,

Ginebra, 1996.

5 OIT : Organización International del Trabajo.

6 A partir de ahora, SI: Sector Informal.

7 Organizando el Cambio, Estrategias para los sindicatos enfocadas en la organización de la mujer trabajadora en sectores económicos de condiciones laborales precarias, FNV / CNV, 1997.

8 CLAT : Central Latinoamericano de Trabajadores.

9 Programa de Acción, in LABOR, 76, 1998/1, p.13.

10 Conferencia de Singapur sobre la primera reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio, del 09 al 13 de diciembre de 1996.

Conclusiones

Enfrentados a la cuestión de las condiciones de vida y de trabajo de las trabajadoras del sector informal, ¿qué pueden hacer los sindicatos?

La organización de trabajadoras parece ser uno de los elementos importantes en el desarrollo de la acción sindical para permitir su real participación democrática y satisfacer sus necesidades. Ello supone, sin embargo, que se introduzcan ciertos cambios tanto a nivel de las acciones como en las estructuras sindicales tradicionales.

Al enfoque global del conjunto del sector informal habrá que sustituirle por una acción y un análisis diferenciados con el fin de adaptarse mejor a las condiciones particulares y poder cerrar la profunda brecha que existe entre el sindicalismo y las mujeres trabajadoras del sector informal. Con un enfoque que tenga en cuenta la especificidad de "género", la organización sindical podría por fin darse cuenta de que la falta de interés de las mujeres por el sindicalismo no es una característica innata de éstas, sino que, por motivos históricos, los sindicatos clásicos han mostrado poco interés por sus necesidades. Es fácil constatar que problemas tales como guarderías, acoso sexual, maternidad en condiciones infrahumanas, dificultades de acceso al capital, raras veces están en el centro de las preocupaciones de los sindicatos tradicionales. Así, las mujeres siguen considerándose como estando fuera de estructuras organizativas, tales como el sindicato, y cuando se movilizan, lo hacen en asociaciones informales, no registradas y no burocráticas.

Organizar a las trabajadoras del sector informal y conseguir movilizarlas en sindicatos legalmente registrados exige que se establezcan estrategias innovadoras a nivel de las modalidades de reclutamiento, de las estructuras existentes, del tipo de funcionamiento de estas estructuras y del tipo de acciones desarrolladas. Las actividades concretas centradas en la recreación, la educación, la formación y los proyectos que generan ingresos parecen ser los medios mas efectivos en la concientización de los trabajadores y en el proceso de organización de las trabajadoras. Las acciones colectivas de formación y educación centradas en las competencias específicas, la sensibilización y las posibilidades de acción colectiva son factores importantes que pueden favorecer la autonomía de las mujeres.

Tambien es importante implementar programas integrados que no se limiten al aspecto "trabajo" pero que tomen en consideración diversos factores personales y medioambientales determinantes para las condiciones laborales y de vida actuales.

Al igual que un enfoque basado en el trabajo en redes permitiría actuar eficazmente a escala internacional y asegurar que las actividades y políticas relativas a la igualdad entre los sexos formen parte integral de las políticas sindicales internacionales, regionales y nacionales. Así mismo, las experiencias adquiridas a nivel local deberían constituir puntos de partida para llevar a cabo actividades sindicales de mayor envergadura.

Es un hecho que los sindicatos toman cada vez mas consciencia de la importancia que tienen las mujeres en el sector informal, y que se están llevando a cabo cada vez más experiencias a nivel organizativo, experiencias que, desafortunadamente, resultan aún insuficientes. ¡Por ello hay que continuar!

Eduardo Galeano, un escritor latinoamericano se pregunta:

— si la utopía es inalcanzable, entonces ¿para qué sirve?

y acertadamente responde:

 

— para avanzar.

Normas internacionales especialmente importantes para las trabajadoras

Normas Internacionales del Trabajo - OIT -

Igualdad de oportunidades y de trato

Convenio n° 100 sobre igualdad de remuneración, 1951.

Convenio n°111 sobre la discriminación (en el empleo y la ocupación), 1958.

Convenio n°156 sobre trabajadores con responsabilidades

familiares, 1981.

Libertad sindical y derecho de sindicalización

Convenio n° 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicalización, 1948.

Convenio n°98 sobre el derecho de sindicalización y de negociación colectiva, 1949.

Convenio n°141 sobre las organizaciones de trabajadores rurales, 1975.

 

Empleo

Convenio n° 122 sobre la política del empleo, 1964.

Convenio n° 142 sobre el desarrollo de los recursos humanos, 1975.

Convenio n° 158 sobre la terminación de la relación de trabajo,1982.

Convenio n° 168 sobre el fomento del empleo y la protección contra el desempleo, 1988.

 

Política social

Convenio n°117 sobre política social (normas y objetivos básicos), 1962.

Convenio n° 102 sobre la seguridad social, 1952.

Convenio n° 118 sobre la igualdad de trato, 1962.

Convenio n° 157 sobre la conservación de los derechos en materia de seguridad social, 1982.

 

Protección de la maternidad

Convenio n° 103 sobre la protección de la maternidad (revisado), 1952.

Convenio n°110 sobre las plantaciones, 1958.

 

Seguridad y salud en el trabajo

Convenio n° 127 sobre el peso máximo, 1967.

Convenio n° 136 sobre el benceno, 1971.

Convenio n° 170 sobre productos químicos, 1990.

 

Trabajo nocturno

Convenio n° 89 sobre el trabajo nocturno (mujeres), 1990.

Convenio n° 171 sobre el trabajo nocturno, 1990.

 

Condiciones de trabajo

Convenio n° 45 sobre el trabajo subterráneo, 1935

Convenio n° 140 sobre la licencia pagada en estudios, 1974.

Otros

Convenio n° 95 sobre la protección del salario, 1949.

Convenio n° 138 sobre la edad mínima, 1973.

 

Derechos humanos

Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948.

Pacto internacional de derechos civiles y políticos.

Pacto internacional de derechos económicos sociales y culturales.

Convención sobre la eliminación de todas las formas de

discriminación contra la mujer.

Declaración y programa de acción de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social, Copenhague, 1995.

Declaración y programa de acción de la IV conferencia mundial sobre la Mujer, Beijing, 1995.

 

 

Bibliografia

 

Bauer, Jan : "Seul le silence te protégera : les femmes, la liberté d’expression et le langage des droits de l’homme", Essais sur les droits humains et le développement démocratique, Centre International des Droits de la Personne et du Développement Démocratique, Montréal, 1996.

 

Guerguil, Martine : "Some thoughts on the definition of the informal sector", CEPAL Review No. 35, August 1988.

 

Lubell, Harold : "Le secteur informel dans les années 1980 et 1990", Etudes du Centre de Développement, Paris, 1991.

 

Turnham, David Salomé, Bernard et Schwarz, Antoine (Sous la direction de) : Nouvelles approches du secteur informel, Centre de Développement de l’Organisation de Coopération et de Développement Economiques.

 

Yepez del Castillo, Isabel : "Les syndicats à l’heure de la précarisation de l’emploi. Une approche comparative Europe – Amérique Latine", L’Harmattan – Academia, Paris – LLN.

 

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Cláusula Social, los derechos de los trabajadores y las normas sociales fundamentales en los acuerdos comerciales y de cooperación al desarrollo, CMT, 1998.

 

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Programa de Acción, Labor Magazine, Confederación Mundial del Trabajo, 76, 1998/1.

 

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Los desafíos de la Globalización. Resolución de orientación – 24° Congreso CMT, 1997.

 

OIT. Políticas de Desarrollo 1998 – 1999. www.oit.org

 

Organizando el cambio, Estrategias para los Sindicatos enfocadas a la organización de la mujer trabajadora en sectores económicos de condiciones laborales precarias, FNV / CNV, 1997.

 

Tous égaux… même les filles! (Ed. resp. Regis Dohogne), Egal Chance FIC et CSC, Bruxelles.

 

Un Otro Modo de Ser y Hacer, Sistematización conceptual y Metodológica de Formación en Género y Desarrollo, Coordinadora de la Mujer, Centro de Formación en Género y Desarrollo, La Paz, 1997.

 

 

 

Women in Trade Unions: organizing the unorganized, ILO, 1994.

 

Comisión Mundial de Mujeres Trabajadoras

 

Asia

B.A.T.U. - (Brotherhood of Asian Trade Unionists)

Janet Dellaban

P.O. Box 163

Manila - Filipinas

Telf.: 63 2 524-0709

 

Africa

O.D.S.T.A. (Organisation Démocratique Syndicale des Travailleurs Africains)

Angélique Correa

Boîte Postale 4401

Lomè - Agoenyive - Togo

Telf.: 228 250710

 

América Latina

C.L.A.T (Central Latinoamericana

de Trabajadores)

Maritza Chireno

Apartado 6681

Caracas 1010-A - Venezuela

Telf.: 58 32 720794 / 720878

 

Europa Central y del Este

CNS Cartel -Alfa

Valentina Contescu

Splaiul Independentei, nr 202 A, cam. 324-325

Sect 6 Bucarest - Rumania

Telf.: 40 1 637 4233

 

Europa Occidental

FCG/GB (Fraktion Christlicher Gewerkschaften im Oesterreichisten Gewerkschaftsbund)

Christine Gubitzer

Hohenstaufengasse 12

1010 Viena - Austria

Telf.: 00 43 1 534 44

 

Departamento "Mujer y Trabajo" de la CMT

Necie Lucero

Kattia Paredes Moreno

Anna D'Amore

Rue de Trèves, 33

1040 Bruselas - Bélgica

Telf.: 32 2 285 47 00 / 15 / 16 / 23

URL : http://www.cmt-wcl.org

Esta publicación ha sido patrocinada por el ministerio de Cooperación de los Paises Bajos (Minister voor Ontwikkenlingssamenwerking - Directie Sociale en Institutionele Ontwikkeling), por la Christelijk Nationaal Vakverbond (CNV) y por la Confederación de Sindicatos Cristianos de Bélgica (CSC).

Realisatión gráfica y illustraciones : Copyright © Clarice

Impreso en abril 1999

 


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