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SITUACIONES VITALES
DE MUJERES Y HOMBRES

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SITUACIONES VITALES DE MUJERES Y HOMBRES

 

PERFILES PANORÁMICOS Y ESPECÍFICOS

Introducción

Un paso ineludible para el diseño, la ejecución, la evaluación y el seguimiento de políticas y acciones públicas y civiles dentro de la planeación del desarrollo, consiste en la realización de investigaciones cuya finalidad es observar, analizar y establecer un diagnóstico de determinada realidad social, económica, política y cultural. En estos diagnósticos, los perfiles de la realidad de las comunidades u otros grupos sociales que han de observarse son instrumentos fundamentales para adoptar decisiones, proponer acciones, dar seguimiento a la investigación o al proyecto de que se trate, y evaluar lo realizado tanto en las búsquedas como en los planes emprendidos.

Hasta hace poco, los perfiles se hacían para buscar información general sin caracterizar a la población en términos de sus disparidades y sus desigualdades genéricas. Se cuantificaba la información clasificada por sexo, pero no se hacían análisis diferenciados sobre las condiciones y las situaciones de vida de hombres y mujeres (es decir, por género), ni sobre sus posibilidades o limitaciones de acceso a los recursos vitales según su género.

Con la ubicación del análisis de la realidad sociocultural y política en la perspectiva de género, se ha hecho necesario establecer perfiles de género en dos niveles, para su aplicación combinada: el perfil panorámico y el perfil específico.

Juntos permiten obtener la información adecuada, procesarla e interpretarla de manera rigurosa y relevante. Para construir ambos perfiles, se parte de que la base sustantiva del comportamiento de los grupos sociales está en las disparidades genéricas insistentemente atribuidas a las diferencias de sexo.

El análisis científico, concreto y certero, de la composición de las comunidades y de la estructura real de las relaciones sociales, sigue tres vías integradas que en algunos momentos pueden ser simultáneas:

  • la del conocimiento de esas disparidades en su articulación con otras dimensiones de la inequidad (como la clase, la edad, la condición étnica y nacional, las creencias, etcétera)
  • la de la desarticulación de los discursos con que se hacen pasar a las disparidades como naturales o como resultado de causas naturales
  • la de construir una perspectiva científica del desarrollo social, económico y político, que incida en los procesos de cambio en las condiciones y situaciones vitales para alcanzar la equidad, la igualdad y la justicia en las relaciones genéricas

Los perfiles de las situaciones vitales elaborados desde la perspectiva de género, resumen la existencia cuantitativa y cualitativa de informaciones sobre aspectos de la realidad que afectan a los procesos de desarrollo. Esos resúmenes pueden darse en un nivel panorámico, y en niveles de mayor concreción y especificidad ; los primeros pueden orientar las búsquedas de los segundos, y éstos alimentar la vastedad teórica y la amplitud informativa de los primeros.

Lo más importante es cómo trabajar con los datos cuantitativos y cualitativos de los perfiles.

Los objetivos de un perfil de situaciones vitales desde la perspectiva de género consisten en identificar y describir las disparidades de género expresadas en indicadores cuantificables, y en explorar las implicaciones de la desigualdad, la inequidad y la injusticia de esas disparidades cuando se plantean metas y se diseñan y ponen en marcha estrategias de desarrollo.

Los perfiles panorámicos proporcionan una visión amplia y general de los aspectos de género, pero pueden ser insuficientes para rastrear en profundidad o para conocer en detalle las dimensiones y las implicaciones particulares de tales aspectos en el conjunto de la población, en los grupos estudiados y en la singularidad de las personas.

Los perfiles específicos han sido expresamente ideados para proporcionar información que ayude a quienes emprende proyectos de desarrollo, a formular metas y estrategias dirigidas a construir la igualdad de hecho entre mujeres y hombres, en ámbitos bien localizados de la vida cotidiana e institucional.

Los perfiles panorámicos se centran en las diferentes fases de la investigación, aunque sus resultados han de influir sobre los enfoques y el diseño de propuestas de acción gubernamental y civil. En este sentido, siempre precisan de informaciones específicas sin las que sería imposible elaborar adecuadamente el panorama de que se trate.

Los perfiles específicos tienen como eje las estrategias del cambio, es decir la interpretación de los resultados de la investigación para la formulación y la puesta en marcha de acciones de desarrollo, gubernamentales o civiles, con perspectiva de género.

Pero las informaciones precisas que se necesita procesar y a menudo crear para construir los perfiles específicos, suelen ser fundamentales para apreciar la pertinencia de los enfoques teórico-metodológicos de la investigación, y para evaluar los alcances de los perfiles panorámicos.

Para cada perfil se recurre a fuentes de información diferentes.

Muchos datos útiles para los perfiles panorámicos se hallan en publicaciones anuales que ofrecen resúmenes globales de estadísticas de Desarrollo, como el Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas o el Informe del Banco Mundial sobre el Desarrollo Mundial, que sin embargo también proporcionan informaciones de importancia para los perfiles específicos.

La información necesaria para los perfiles específicos proviene de estudios especializados, análisis sectoriales, censos nacionales o estadísticas de niveles macro y micro de desarrollo, y se encuentra también en otros informes o resúmenes globales.

Para cada uno de los dos tipos de perfiles se requieren diferentes métodos de análisis comparativo. Los perfiles panorámicos hacen comparaciones tomando al país como base para juzgar, por ejemplo, si las disparidades de un indicador particular analizadas por sexo son más altas o más bajas que lo esperado, o que las presentes en otros países. Estos perfiles también presentan comparaciones longitudinales para evaluar el progreso de un país o de un grupo de países, en relación con otros países u otros grupos.

Los perfiles específicos recurren a casi cualquier método comparativo, pero en cada caso la elección depende principalmente de correlaciones técnicas. Estos perfiles incorporan más covariables e incluyen más multivariables de análisis que los perfiles panorámicos : son más concretos y detallados que los panorámicos.

Para los perfiles de las situaciones vitales con perspectiva de género, no sólo interesa identificar y medir las disparidades genéricas, sino examinarlas en relación a otras condiciones y situaciones como la residencia, la escolarización, el nivel de ingresos, la salud en general y la reproductiva en particular, las relaciones de parentesco, las tradiciones culturales, las creencias religiosas, la situación nacional y étnica, etcétera.

El Perfil Panorámico

El perfil panorámico identifica y describe, en términos muy amplios, las disparidades de género más sobresalientes para las metas y las estrategias de desarrollo de un país o de una región.

Permite identificar aspectos de género relevantes para fundamentar la promoción de investigaciones y formular preguntas que las orientan.

Asimismo, contribuye a incrementar la conciencia de los funcionarios, de los activistas civiles y de la ciudadanía en general, respecto de los tipos generales y de las magnitudes de las disparidades de género, así como de su impacto potencial en las acciones planeadas para el desarrollo.

 

 

 

En los contenidos básicos del perfil panorámico se incluye información general y relevante para la problemática de género, y se examinan las disparidades y las inequidades de género en cuando menos seis áreas principales:

  • 1. Salud
  • 2. Educación escolarizada
  • 3. Actividades Económicas
  • 4. Participación y Derechos Legales y Políticos
  • 5. Actitudes y Acciones relacionadas con la Reproducción
  • 6. Patrones de Migración.

Algunas consideraciones generales

La información general para los perfiles panorámicos debe limitarse a los materiales que proporcionen las características relevantes para los problemas de género que vaya a incluir el perfil de que se trate. Algunos de los tópicos más importantes suelen ser:

  • Situación actualizada del desarrollo en lo que concierne al tema del perfil
  • Progresos recientes de ese desarrollo
  • Características geográficas, políticas e históricas importantes del grupo a estudiar
  • Dimensiones básicas de la composición sociocultural (como las condiciones urbana o rural, étnica, religiosa, de clase, etcétera) de la población de que se trate
  • Problemas claves del desarrollo y prioridades para iniciar los cambios

Los elementos de la información general pueden presentarse como una sección introductoria, o bien distribuirse en los apartados más importantes del perfil. A menudo la combinación de ambas opciones es de mayor utilidad.

Explorar por separado cada área ayuda a develar, identificar y asegurar el tratamiento de temas de género que inicialmente pudieran no haber sido considerados. Aún cuando no haya evidencia de problemas de género en alguna de las áreas de información general mencionadas, es recomendable incluirlas todas en el perfil panorámico. Lo más probable es que a la postre se detecten problemas no visibles al principio.

Algunas áreas claves

En los siguientes apartados se analizan seis de las áreas sustantivas que deben ser incluidas en los perfiles panorámicos conforme a sus fundamentos, los indicadores básicos, y las comparaciones mínimas que han de hacerse.

  1. Salud
  • El interés en las disparidades de género en el área de la salud se basa en la premisa de que hombres y mujeres enfrentan diferentes clases y grados de riesgos en lo que concierne a su salud en general, a la salud reproductiva, la salud laboral, la violencia, etcétera, y por lo tanto su posición ante la morbilidad y la mortalidad son diferentes.
  • Estas disparidades se deben en primera instancia a la participación de mujeres y hombres en la reproducción orgánica (este punto se trata en detalle más adelante, en el apartado 5, que se refiere a las actitudes y las acciones relacionadas con la reproducción).
  • La división tradicional del trabajo impone también riesgos diferentes de salud y mortalidad para hombres y mujeres.
  • Las disparidades son igualmente resultado y expresión de las posibilidades reales que hombres y mujeres tienen en el acceso a los recursos y a los bienes sociales, en este caso concreto a los servicios de salud.
  • La expectativa de vida es un indicador básico para analizar las disparidades de género en este campo. Es importante enfatizar que la comparación de las expectativas de vida de mujeres y hombres debe ser extremadamente cuidadosas debido a la aparente ventaja biológica que las mujeres tienen para sobrevivir. Pero es posible comparar las causas de muerte de los hombres entre ellas y con las de las mujeres.

Otras tasas que proporcionan información sobre salud y género son las de muerte por maternidad, según la ocupación y por accidentes. La primera se restringe exclusivamente a las mujeres, y las otras dos tienden a afectar desproporcionadamente la longevidad de los hombres.

Para que los datos sean plenamente confiables, a veces hay que crear la información. En todos los casos, las comparaciones sobre las expectativas de vida de hombres y mujeres deben ser enfocadas dentro de la magnitud de las disparidades:

Los hombres, jóvenes y adultos, mueren más que las mujeres en determinadas situaciones violentas y relacionadas con el alcoholismo y las drogas, como resultado de tensiones laborales y sociales típicamente masculinas, y de cáncer en la próstata, pero nunca en razón de su relación corporal con la reproducción.

La muerte de las mujeres se debe muy frecuentemente a su situación en el embarazo, a las secuelas de éste y del parto, al aborto, al cáncer uterino, a la desnutrición e incluso al descuido, etcétera.

Pueden ser claves las concepciones de enfermedad, salud y curación prevalecientes en la población de que se trate.

También tienen importancia la información sobre el acceso a prevención de los aspectos específicos de la salud femenina y de la masculina, las posibilidades reales que tienen diferencialmente los hombres y las mujeres de acceder a esos servicios de salud, y las actitudes relacionadas con la preocupación por la salud de las mujeres y de los hombres y con la atención de la propia salud y de la salud del cónyuge o los dependientes.

Lo anterior puede requerir comparaciones con las expectativas de vida y otros aspectos de la salud de mujeres y hombres en regiones y países de desarrollo semejante, mayor o menor.

  • Cuando el examen de las expectativas de vida al nacer indica que puede haber diferencias significativas en los riesgos de salud de hombres y mujeres, habrá que analizar las claves para medir la mortalidad infantil. Las tasas de mortalidad de infantes y niños pueden expresar problemas importantes. Comúnmente se espera encontrar en la población infantil de hasta cinco años de edad más muertes de niños que de niñas. El hecho de que mueran más niñas que niños puede ser una señal de algún elemento cultural que está incline la balanza en favor de la sobrevivencia de los hombres. Hay que indagar entonces que tradiciones, rituales u otras prácticas pueden incidir en el cambio de la tendencia generalizada en la sobrevivencia de las niñas al nacer. Es preciso conocer los trabajos etnográficos sobre la región.

2. Educación escolarizada

La educación formal es un campo importante de la problemática de género. En la gran mayoría de los países en desarrollo, mídase como se mida, el acceso de los hombres a la educación es mayor que el de las mujeres.

Además, en todo el mundo hay niveles de educación escolar y áreas de formación académica característicamente masculinas y característicamente femeninas.

A este respecto hay que preguntarse :

  • Qué tan grande es la disparidades entre el acceso de los hombres y el de las mujeres a los diversos niveles de la educación escolarizada
  • Cuáles son las principales dimensiones de la disparidades, por ejemplo, según las concepciones acerca de la educación de mujeres y hombres, y según el nivel de escolaridad
  • Qué especialidades que requieran formación escolarizada tienden a ser más femeninas, y cuales más masculinas ; en cuáles de ellas es posible definir rasgos tradicionalmente asignados a las mujeres (como el cuidado de los demás) o a los hombres (como el manejo de personas o la creación de conocimientos)
  • Cómo han cambiado esas disparidades con el tiempo, cómo crece la tasa de escolaridad femenina en cada nivel, qué profesiones se masculinizan, se feminizan o pierden su carácter originalmente femenino o masculino

Al medir los niveles educativos de los hombres y las mujeres, es importante considerar las disparidades numéricas de la alfabetización, los niveles y la calidad de la educación impartida y alcanzada en la región de que se trate. Un indicador básico en países como México, medido diferencialmente en hombres y mujeres, es el índice de alfabetización de adultos, es decir, la proporción de la población mayor de 15 años que posee el mínimo de habilidades para la lectoescritura.

En ocasiones se presentan tasas reales diferenciadas de alfabetización por género, y otras veces sólo se muestra el grado de alfabetización de las mujeres como un porcentaje de los hombres. La confiabilidad de los datos de alfabetización tiene variaciones importantes de un país a otro, y esto limita la confiabilidad de las comparaciones internacionales. Pero estos datos son siempre un indicador la disparidad de género en la educación básica.

Por sí mismas, las tasas de alfabetización no aclaran totalmente las disparidades entre la educación escolarizada de mujeres y hombres; para conocerlas mejor se precisa una medida como la del promedio de años de escolaridad por género.

Otro indicador de las disparidades son los porcentajes de mujeres y de hombres inscritos en cada uno de los niveles escolares y en las diferentes especialidades para las que se requiere sanción académica.

Hay profesiones que durante muchos años fueron ámbito casi exclusivamente masculino (como las ingenierías, relacionadas con las supuestas características innatas de las habilidades constructivas de los hombres), o exclusivamente femenino (como la enfermería, vinculada con la asignación de cuidados maternos a los demás, pretendidamente instintivos para las mujeres).

Tal situación refleja, además de concepciones sexistas, la valoración social de las profesiones, y la aceptación social de la participación en ellas de mujeres y hombres. Pero en algunos lugares hay cada vez más ingenieras y más enfermeros.

Esto puede expresar la apertura de la aceptación social (por ejemplo para que las mujeres sean ingenieras), pero también algún desplazamiento de las mujeres en el mercado laboral (que masculiniza a la enfermería en épocas difíciles porque para acceder a ella a menudo se requiere menos tiempo que en otras profesiones consideradas más masculinas).

Es interesante señalar que en los últimos años de su existencia, en la Unión Soviética la profesión médica, en la que originalmente eran mayoría los hombres, se feminizó intensamente; pero al mismo tiempo la investigación en las diversas áreas de la medicina resultó ser predominantemente masculina : al incrementarse la investigación y adquirir un gran prestigio social porque en ella se crean nuevos conocimientos, la atención médica redujo su prestigio al subrayarse el hecho de que quienes la ejercen son, sobre todo, seres-para-los-otros.

Hay otros ámbitos de la escolaridad y de la creatividad académicas en los que puede percibirse una igualación en la participación de los géneros e incluso un incremento en la participación de las mujeres. Conviene investigar en cada caso qué ha sucedido, qué está sucediendo en el presente y qué tendencias se manifiestan en esos campos, y elaborar una interpretación adecuada de lo examinado. A partir de estudios que vayan en tal sentido puede promoverse una mayor equidad de género en la escolarización de los niveles superiores.

Para alcanzar estas dimensiones en el análisis, muchas veces se requiere de estudios especializados para los cuales la información no suele estar disponible en las formas más adecuadas para procesarlas desde la perspectiva de género.

3. Actividad económica

Hay varias posibilidades para explorar la medida y las formas de participación de las mujeres y los hombres en la actividad económica, es decir, en la producción. El indicador básico y probablemente el más usado en esta área, es la proporción de hombres y mujeres como parte de la fuerza de trabajo. Las estadísticas en los informes globales se refieren a las mujeres como un porcentaje de la fuerza laboral total, o bien las muestran como un porcentaje de los hombres entre la población económicamente activa. El problema con este indicador está en cómo se define la fuerza de trabajo y cómo se contabiliza a hombres y mujeres en ella.

  • Casi siempre el trabajo no asalariado y buena parte del asalariado que hacen las mujeres está invisibilizado socialmente, y esa invisibilización alcanza a menudo a las estadísticas. Por ello, siempre es pertinente especificar lo que se entiende por fuerza de trabajo y aclarar cómo se toma en cuenta a quienes, hombres y mujeres, no trabajan por un salario ni pagan impuestos. Es preciso tomar en cuenta que:
  • Definir la fuerza de trabajo sólo desde los puntos de vista salarial y fiscal omite a quienes trabajan en la economía informal, a muchas personas dedicadas a la agricultura y a los trabajos domésticos que, en los tres casos, son un gran número de mujeres. Por ello, las estadísticas oficiales tienden a subestimar su participación en el desarrollo.
  • Una mirada más detallada a la fuerza de trabajo debe incluir el análisis de la población económicamente activa según su género y su edad. Esto es importante, en primer lugar, para entender en qué grupos de edad se considera a los hombres y las mujeres económicamente activos, y cómo cambia la composición de la fuerza de trabajo por regiones y periodos. Por ejemplo, cuando son más las jóvenes asalariadas que las mujeres mayores, hay sin duda una mayor aceptación de que las mujeres trabajen fuera de casa que antes o que en donde no sucede así.
  • Es posible explorar otras dimensiones de las disparidades de género en el trabajo, como la distribución por género en los sectores de la actividad económica, en los grupos ocupacionales, en los niveles de ocupación y hasta en los salarios. Aún en los países con menores inequidades de género, la proporción máxima del salario pagado a las mujeres por trabajo idéntico al de los hombres, no rebasa el 75% de lo que ellos perciben.
  • Para comprender la profundidad ideológica de la aceptación por las mujeres de estas situaciones y de otras expuestas más adelante, es pertinente conocer la medida en la que ellas y los hombres y mujeres que les son más allegados conciben al trabajo asalariado de las mujeres :
    • Que las mujeres trabajen por un salario es algo indeseable pero puede ser aceptado como irremediable y sólo temporalmente
    • El trabajo asalariado de las esposas denigra y desprestigia a sus maridos, únicos proveedores legítimos
    • Cuando las mujeres trabajan por un salario, sólo ayudan al gasto familiar del hogar paterno o de su propia familia nuclear
    • El trabajo asalariado de las mujeres es deseable, pues contribuye a su autonomía y a su formación como personas y ciudadanas plenas
  • También es importante que un perfil panorámico incluya el análisis de las características de las disparidades genéricas en la división tradicional del trabajo y considere las tradiciones culturales y religiosas, así como todas las otras características que se revelen pertinentes.
  • Hoy ya se sabe que prácticamente en todos los países del mundo las mujeres trabajan diariamente más tiempo que los hombres. En los países de menor disparidad, ésta es tan solo de 49% de trabajo masculino por 51% de trabajo femenino, pero en los demás países llega a ser hasta de 40% por 60% respectivamente. A veces, los hombres, por ejemplo los campesinos, que perciben esa disparidad, la justifican aduciendo que el peso de los trabajos masculinos es mayor que el de los femeninos. Sin embargo, resulta fácil ponderar el peso de trabajos femeninos como llevar a la casa leña desde el monte o agua desde el río o el manantial, para iniciar una exploración que puede mostrar que las disparidades no se deben a la calidad ni a la carga física real del trabajo de los hombres. La percepción clara de este hecho ha servido como punto de partida para algunos cambios importantes en las relaciones genéricas o al menos en su concepción.
  • Al comprender la medida de la participación de las mujeres en la producción, resulta imprescindible medir también las características y los alcances de su trabajo reproductivo, que es el que se les asigna como especialización genérica. La primera cuestión es la de evaluar la incidencia real del trabajo de reproducción cotidiana de la fuerza de trabajo y de las condiciones sociales, en la producción. Las conclusiones del estudio al respecto contribuyen a visibilizar como trabajo toda labor de reproducción cotidiana que hacen las mujeres. En esta dimensión se ubica la doble jornada del trabajo femenino.
  • La ponderación de la participación de las mujeres en la producción debiera llevar a ponderar también la participación de los hombres en la reproducción en general (al asumir la paternidad y durante el embarazo de las cónyuges), y en los trabajos de reproducción cotidiana en general. Interesa conocer :
    • las razones aducidas personalmente y legitimadas socialmente (incluso por las mujeres) para que los hombres no participen o lo hagan sólo como ayuda o en proporciones mínimas
    • en su caso, el tiempo y el tipo de esfuerzo consagrados por los hombres a las labores de reproducción cotidiana
    • la valoración que de estos trabajos hagan la cónyuge, los otros hombres y las otras mujeres de la familia y del círculo de amistades
    • las tensiones que la participación limitada o nula de los hombres generan
    • la expectativas de las mujeres al respecto
    • las disposiciones teóricas y prácticas de los hombres al renunciar a los privilegios correspondientes.

4. Derechos Políticos y Legales

Los datos sobre las disparidades políticas y legales entre hombres y mujeres rara vez se cuantifican. Pero son incluidos cada vez más a menudo en los perfiles panorámicos. El interés básico es conocer la medida de la desigualdad en el ejercicio de los derechos políticos, y las maneras en que las leyes apoyan esa u otras desigualdades. Algunas preguntas básicas conciernen a los siguientes espacios de las relaciones jurídicas y políticas :

  • Posesión y herencia de la propiedad en las leyes y en los usos y costumbres
  • Capacidad de crédito para las mujeres adultas, solteras, casadas o viudas, e intervención real de sus padres o cónyuges al tramitar y obtener el crédito
  • Derechos legales y consuetudinarios en el matrimonio y en el divorcio
  • Derechos laborales (disparidades salariales, autonomía en la seguridad social, etcétera)
  • Derecho al voto y a la representación ante las instituciones
  • Participación real en la designación de representantes y ejecutivos
  • Porcentaje de la participación femenina en las candidaturas de los partidos a los puestos ejecutivos y de representación, y en esos mismos puestos

En este rubro es importante la distancia entre las leyes y la realidad de la convivencia, es decir, entre el derecho y los hechos. Mujeres y hombres pueden ser iguales ante la ley, pero la ley puede no ser adecuada a las especificidades genéricas o bien no aplicarse de manera igualitaria y equitativa.

Además, es frecuente que las mujeres estén desinformadas y teman a las represalias que sus familias, sus maridos o sus comunidades les impongan si se atreven a ejercer ciertos derechos.

Los Informes de Derechos Humanos y de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas incluyen, entre otros, indicadores sobre participación política: el porcentaje de curules que tienen las mujeres en las cámaras legislativas, y el porcentaje de puestos ministeriales ocupados por mujeres. Es interesante notar que en los datos del Informe de Desarrollo Humano referentes a 1993 el porcentaje más bajo de mujeres parlamentarias de los países en desarrollo era más alto que el más bajo de los países industrializados. Sin embargo, las funcionarias gubernamentales son el 8.7% del total (que incluye a todos los hombres y todas las mujeres en este nivel), y las mujeres que ocupan cargos de nivel ministerial sólo conforman el 9.1% de todos los gobiernos del mundo.

Siempre es recomendable buscar información de las organizaciones políticas de mujeres, saber cuántas hay, conocer la magnitud de su membresía, sus programas y proyectos, su estructura de dirección y administración internas, sus agendas, sus logros, sus alianzas, sus negociaciones, los orígenes de su financiamiento. Y comparar esas informaciones con las correspondientes a las agrupaciones políticas mixtas, que están integradas mayoritariamente, en su militancia y en su liderazgo, por hombres.

También hay que profundizar en el conocimiento de las disparidades genéricas en la participación política, analizando los contenidos de la prensa y de los programas de radio y televisión. A este respecto, no hay que olvidar que las imágenes de la mujer que transmiten los medios no son las de la ciudadana ni de la estadista, sino sólo ocasionalmente las de las profesionistas y casi siempre las del ama de casa y del objeto sexual.

5. Actitudes y Acciones relacionadas con la Reproducción

En los últimos años se han incremento el conocimiento y la importancia de las disparidades de género en cuanto a las actitudes relacionadas con la reproducción, pero casi exclusivamente en relación con las mujeres.

Puesto que es prácticamente universal la visión de que la fertilidad y la reproducción son sólo cosas de mujeres, casi nadie parece preocuparse por cuestiones como la edad reproductiva de los hombres o las tasas de paternidad. Aunque se han hecho algunos, son excepcionales los estudios sobre fertilidad, reproducción y temas similares que incluyan a los cónyuges masculinos.

Resultará interesante e importante por muchos conceptos dilucidar y conocer las disparidades entre hombres y mujeres en cuestiones como las siguientes :

  • Las aspiraciones de hombres y mujeres respecto de la reproducción y la fertilidad
  • Los conocimientos que ellos y ellas poseen en relación con la reproducción
  • Las convicciones, creencias, temores y actitudes masculinas y femeninas en torno a la

planificación familiar y la contracepción en todas sus formas

  • La participación de mujeres y hombres en la toma de las decisiones en materia de fertilidad, contracepción, planeación de la familia y cuestiones semejantes y vinculadas con éstas

Explorar las respuestas a estas preguntas relacionadas entre ellas es un aspecto imprescindible en los perfiles específicos, pero también es importante hacerlo en los perfiles panorámicos porque permite visualizar desde el principio la dimensión de las disparidades genéricas en cuanto a la parte considerada como la más importante de la sexualidad.

6. Patrones de Migración

En nuestro tiempo, como quizá en todos los tiempos, la migración (interna o internacional, temporal o definitiva, debida a razones económicas, políticas, bélicas u otras) es un proceso generalizado en prácticamente todos los países.

Por ello la migración es cada vez más estudiada tanto en su composición humana como en sus variadas características. Sin embargo, pocos estudios de migración abordan las disparidades migratorias desde el punto de vista genérico, pues suelen ubicarlas como información general en la actividad económica. Por lo tanto, exploran los patrones migratorios ignorando sus implicaciones importantes en áreas que nada tienen que ver con la actividad económica, como las concernientes a la organización y la autoridad domésticas entre migrantes, la relación con las sociedades anfitrionas o lo relativo a la reproducción

El primer paso para explorar la migración desde la perspectiva de género consiste en hallar sus disparidades genéricas. Se debe considerar dos tipos básicos de migración: la rural-urbana y la internacional. Y en ambos casos hay que plantear las siguientes cuestiones y elucidar todas sus implicaciones:

  • El predominio de hombres o de mujeres en la migración o en los patrones migratorios que se estudian, y en los grupos de edad de los migrantes.
  • La dimensión cuantitativa del flujo migratorio de cada género.
  • Las actividades remuneradas o no que se permite realizar a hombres y a mujeres, y las que realmente realizan.
  • La eventual duración de la migración, si ésta tiene lugar para hacer trabajos temporales, y la frecuencia con que esto sucede en periodos más o menos amplios
  • La medida en que los hombres y las mujeres interactúan en las sociedades a que han llegado, en qué ámbitos, con qué propósitos, con qué frecuencia y con qué alcances.
  • Las expectativas de asimilación al nuevo ámbito, la concepción de que la estancia en éste es temporal, las posibilidades reales de que así sea.
  • La organización de los grupos migrantes del mismo origen como comunidades claramente identificadas y autoidentificadas
  • Los vínculos conyugales que los y las migrantes establecen en su lugar de llegada, y si estos vínculos afectan a otros previos, mantenidos en el lugar de origen.
  • La reproducción de los migrantes y sus consecuencias en los lazos familiares, comunitarios, legales, etcétera.

Covariables en los Perfiles Panorámicos

Un perfil panorámico no puede sondear a gran profundidad la variación en las disparidades genéricas asociadas a otras dimensiones socioculturales, como la composición rural-urbano, étnica, clasista o religiosa de los grupos estudiados. Pero estas dimensiones (condiciones y situaciones genéricas) son covariables significativas de las disparidades de género.

La importancia de las disparidades entre la población rural y la urbana se reconoce en la planeación y la ejecución de políticas de desarrollo. Pero analizadas en su articulación con otras condiciones y situaciones genéricas, resulta que las disparidades específicas de género (por ejemplo en educación y en salud) varían considerablemente.

Conclusiones

Para obtener mejores resultados en las investigaciones y en la elaboración de los perfiles panorámicos encaminados al diseño, la ejecución, el seguimiento y la evaluación de acciones públicas y civiles, es necesario conocer y exponer la información diferenciada que, en cada campo de estudio de la realidad sociocultural, exprese las condiciones y las situaciones de vida de hombres y de mujeres. Aunque esta consideración sólo se practique en términos de información general en los perfiles panorámicos, puede apuntar hacia necesidades de profundización y nuevas líneas de cuestionamiento.

 

 

 

 

Perfiles Específicos

Propósitos

Un perfil específico proporciona información sobre disparidades genéricas que tienen que considerarse al definir metas o diseñar estrategias particulares.

Los perfiles específicos contribuyen a definir con precisión problemas concretos del desarrollo, y a orientar a los responsables al formular objetivos que apunten hacia los temas relevantes y den cuenta de las realidades socioculturales de las relaciones genéricas en el desarrollo.

Contenido y Estructura

Los contenidos y la estructura de los perfiles específicos varían según las razones concretas por las que sean formulados. Comúnmente se organizan por áreas o metas definidas.

Los perfiles específicos exploran el género de maneras muy precisas en ámbitos particulares, como el crecimiento económico, la democracia electoral o la salud, es decir, aquellos temas de los que se obtiene un conocimiento general y amplio a partir de los perfiles panorámicos.

La dirección que casi siempre siguen estos perfiles, parte de una meta delimitada de desarrollo, y lleva a explorar las formas en que las relaciones y las disparidades de género inciden en el acercamiento a la meta, y a conocer las maneras en que esta aproximación impacta a las disparidades y a las relaciones genéricas.

Los perfiles específicos examinan aspectos relevantes de las relaciones genéricas para incorporarlas en el diseño de estrategias y de programas bien definidos, sean para las acciones públicas o las civiles.

Fuentes de Información

Los perfiles específicos dependen de una amplia gama de fuentes de información, aunque en ocasiones se concentran sólo en una o dos.

Un problema común y muy importante que se presenta al elaborar perfiles específicos, es la frecuente necesidad de elaborar información propia en torno a temas para los que no hay suficientes datos disponibles, o cuando los que hay son incompletos o poco confiables.

Procedimientos de Análisis

Los perfiles específicos recurren ampliamente a covariables de género y a técnicas de análisis multivariables. Como consecuencia, la presentación de resultados es mucho más compleja que en los perfiles panorámicos.

El análisis en un perfil específico tiene que ir mucho más allá de lo que se hace al usar información de cuadros presentados en reportes ya publicados.

Conclusión

A partir de los hallazgos obtenidos en la construcción de los perfiles específicos, es posible vincular las disparidades genéricas con los objetivos y estrategias del desarrollo, e incluso redefinir la importancia real de esas disparidades para comprender mejor la realidad estudiada y poder estimular en ella cambios con mayor seguridad.

De los perfiles específicos hay que esperar que:

  • aclaren las implicaciones políticas de las disparidades, las desigualdades y las inequidades de género
  • planteen los aspectos insuficientemente claros de cada problemática
  • definan las desventajas de dejar las cosas como están, y los inconvenientes de promover cambios cosméticos que seguramente contribuirán a profundizar las desigualdades
  • presenten, discutan y fundamenten propuestas que sean alternativas para el cambio

El análisis de las diferentes realidades socioculturales que viven hombres y mujeres es adecuadamente observable a partir del uso de instrumentos como los perfiles específicos.

La información que estos perfiles pueden y debieran proporcionar es fundamental para diseñar y ejecutar políticas y acciones públicas tendientes a transformar la realidad desigual, inequitativa e injusta que los géneros viven en las condiciones actuales del desarrollo social.

Los perfiles y el Indice de Desarrollo Humano

Como se advertirá al consultar las páginas de esta guía consagradas al Paradigma y al Indice del Desarrollo Humano, todo lo relacionado con los perfiles de las situaciones vitales de mujeres y hombres es tratado ahí con amplitud.

En ese mismo lugar se presentan diversos cuadros, tablas y gráficas con información referente a lo que hoy se sabe de las cuestiones analizadas y de los indicadores que definen la situación del desarrollo en todo el mundo.

Esas ilustraciones contienen perfiles concebidos como panorámicos que, sin embargo, proporcionan información específica valiosa y, sobre todo, orientan hacia nuevas búsquedas concretas.

 

LINEAS GENERALES PARA LA ELABORACION DE

P E R F I L E S DE GÉNERO

1. Concepto general

Estos perfiles identifican y describen las disparidades de género expresadas en:

  • indicadores cuantificables
  • implicaciones de la desigualdad, la inequidad y la injusticia
  • metas y estrategias de desarrollo.

Los perfiles de género panorámicos y específicos sirven para el análisis de la realidad sociocultural y para el diseño de acciones de desarrollo desde la perspectiva de género.

Su aplicación combinada debe ofrecer información adecuada, rigurosa y relevante.

1.1 Perfiles Panorámicos

  • Proporcionan visión amplia y general de los aspectos del género
  • Permiten conocer en detalle sus dimensiones y sus implicaciones
  • Sirven en las diferentes fases de la investigación dirigida al diseño de

propuestas de acción para el desarrollo equitativo, igualitario y justo de

mujeres y hombres

  1. Perfiles Específicos
  • Proporcionan información para plantear metas y estrategias de desarrollo
  • Son herramientas para construir igualdad genérica cotidiana de hecho
  • Tienen como eje las estrategias del cambio
  • Interpretan y aplican resultados de investigación en acciones de desarrollo

2. Objetivos

Combinados, los perfiles panorámicos y específicos sirven para :

  • Identificar y describir las disparidades de género con indicadores cuantitativos
  • Explorar las implicaciones cualitativas de la desigualdad, la inequidad y la injusticia de esas disparidades
  • Plantear metas
  • Diseñar y poner en marcha estrategias y acciones de desarrollo

2.1 Perfiles Panorámicos

Permiten obtener información amplia sobre las disparidades de género en aspectos de la realidad sociocultural como: la salud, la escolaridad, la actividad económica, la participación y los derechos legales y políticos, las actitudes y las acciones relacionadas con la reproducción humana, o los patrones migratorios.

La información así obtenida también se utiliza para orientar búsquedas más afinadas mediante los perfiles específicos.

2.2 Perfiles Específicos

Contribuyen en la definición precisa y el examen riguroso de problemas concretos de las disparidades de género derivadas del desarrollo, expresadas. por ejemplo, en el crecimiento económico o la democracia electoral.

Con esa información pueden orientar la formulación de objetivos, metas, estrategias y acciones de desarrollo, y alimentar la vastedad teórica y la amplitud informativa de los perfiles panorámicos.

3. Procedimiento básico

La aplicación de los perfiles panorámicos y específicos de género en el análisis científico de la composición de las comunidades y de la estructura de las relaciones sociales, se hace simultáneamente por tres vías:

  • la identificación y la interpretación de las disparidades de género articuladas con otras dimensiones de inequidad (como clase, edad, condición étnica y nacional, creencias, etcétera)
  • la desarticulación de los discursos con que se hace pasar a las disparidades entre los géneros como naturales o como resultado de causas naturales
  • la construcción de una perspectiva científica del desarrollo social, económico y político, es decir cultural, que proponga procesos para el cambio paulatino, dirigido a la construcción de condiciones y situaciones vitales equitativas, igualitarias y justas para hombres y mujeres

4. Métodos de análisis

4.1 Perfiles Panorámicos

  • Comparaciones con indicadores particulares, según hombres y mujeres, sobre disparidades de género en relación a los planes de desarrollo previos, institucionales o civiles, para un grupo en particular o un país en general.

4.2 Perfiles Específicos

  • Casi todos los métodos comparativos
  • Incorporan covariables y multivariables
  • Detectan y visualizan disparidades de género más concreta y detalladamente.

5. Fuentes de información

  1. Perfiles Panorámicos
  • Se basan en la información sintetizada en resúmenes globales de estadísticas de desarrollo.

 

5.2 Perfiles Específicos

  • Utilizan análisis sectoriales o censos nacionales, y sobre todo información de estudios específicos.

6. Importancia del uso de los Perfiles Panorámicos y Específicos

Aplicar estos perfiles en la investigación sobre el desarrollo social, permite:

  • Incrementar el conocimiento objetivo de la realidad socio-cultural en los funcionarios, investigadores y técnicos que participan en la formulación de metas, estrategias y acciones de las políticas de desarrollo.
  • Afinar su comprensión del impacto de los planes de desarrollo en la población, y de la medida y las formas en que las condiciones y situaciones de vida de hombres y mujeres afectan al desarrollo.

Visualizar las formas concretas en que las disparidades genéricas afectan la vida particular de hombres y mujeres para orientar la formulación de los planes de desarrollo.

Lectura 7:

Caroline O. N. Moser. La planificación de género en el tercer mundo: enfrentando las necesidades prácticas y estratégicas de género. Primera parte de Una Nueva lectura: género en el desarrollo, compilado por Virginia Guzmán, Patricia Portocarrero y Virginia Vargas, Entre Mujeres-Flora Tristán, Lima, 1921, páginas 55-113

Caroline O. N. Moser. La planificación de género en el tercer mundo: enfrentando las necesidades prácticas y estratégicas de género. Primera parte de Una Nueva lectura: género en el desarrollo, compilado por Virginia Guzmán, Patricia Portocarrero y Virginia Vargas, Entre Mujeres-Flora Tristán, Lima, 1921, páginas 55-113

En este texto la autora plantea las estrategias de género para el desarrollo, y con esa perspectiva analiza las cuatro grandes tendencias contemporáneas del desarrollo.

 


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